Frente al caso reciente de exclusión de la ex directora del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) por parte de un restaurante en el Centro Histórico de la ciudad, el debate por las redes sociales y el hecho de volver al eslogan “Primero los ciudadanos y las ciudadanas, los turistas vienen después”, la columnista Claudia Ayola recuerda que este eslogan hace parte de una campaña que viene impulsando la asociación FUNSAREP, reconoce esta lucha y proceso, una iniciativa que promueve esta organización social cartagenera a favor de los derechos a la comunicación, al desarrollo y a la ciudad.
Con los hechos como el ocurrido contra Irina Junieles y sus acompañantes, pareciera que en Cartagena el tiempo no pasara, nos recuerdan a la ciudad colonial y señorial, pero también nos debieran servir para poner de presente luchas y procesos históricos de resistencia.
Frente a la construcción en un lugar entre el caño Juan Angola y las playas de Marbella de “Vida Centro Profesional Cartagena”, una clínica de alto nivel de complejidad, recuerdo la acción ciudadana en la que hombres y mujeres manifiestan que la salud y la vida no son mercancías, sino derechos humanos, que todas las personas tenemos derecho al acceso y disfrute de servicios de salud de “alta complejidad”, que el modelo de desarrollo que se está implementando en Cartagena es excluyente, insolidario y no garantiza la igualdad.
Frente a la iniciativa de reglamentación de las actividades turísticas recreacionales, culturales y deportivas en las franjas de playas, recuerdo la acción de sensibilización y denuncia de este proyecto no consultado con todos los sectores de la ciudad y que en el fondo es una iniciativa que busca la privatización de las playas de Cartagena. Cabe también recordar que sobre la iniciativa ya no se habla en el Concejo y en la ciudad, pero sí sobre el Proyecto de Playa Piloto en Marbella. La defensa de las playas y el mar también siguen en la agenda de personas y organizaciones sociales cuidadoras de los bienes públicos, de igual forma el mercadito de Santa Rita, del Cerro de la Popa, del Caño Juan Angola.
Frente a lo ocurrido en la pasada feria organizada por la Asociación Colombiana de Agencias de Viaje y Turismo (ANATO) en Bogotá, donde en el stand de Cartagena se utilizó como estrategia de recordación estatuas vivientes y figuras representativas de la ciudad como la india Catalina, la palenquera y el negro esclavo, recuerdo la campaña “Compromisos contra el racismo y la discriminación racial y de reconocimiento positivo de las personas afrocolombianas y sus derechos”, adelantada por FUNSAREP y el Centro de Cultura Afrocaribe, a la que el gobierno anterior no le paró bolas.
Frente a este montón de hechos, de luchas y procesos que nada sueltos son, que tienen un hilo conductor de lado y lado, el modelo de ciudad que está en juego, hay que continuar con estrategias de recordación y de acción, de recordar y acordar, de echar en cara, que estamos en una ciudad donde ya no existen amos, señores, siervos y esclavos, sino ciudadanos y ciudadanas, a pesar de que muchos sienten, presenten y representen lo contrario.
*Lingüista, literato y comunicador para el desarrollo
puntos_de_encuentro@hotmail.com
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