Columna


A Édgar, lo de Édgar

MARTHA AMOR OLAYA

06 de noviembre de 2010 12:00 AM

MARTHA AMOR OLAYA

06 de noviembre de 2010 12:00 AM

En los 106 años de historia de las grandes ligas, sólo 9 peloteros colombianos han logrado ingresar a ella. Esto nos dice rápidamente que no es tarea fácil cumplir con el perfil exigido para lograrlo. De ese grupo selecto, sólo dos han cumplido con una actuación excepcional. No basta ser un pelotero excelente para ser campeón de la serie mundial de beisbol. Factores como un buen equipo, un buen técnico, una buena temporada, un buen estado físico, son algunos de los que posibilitan los resultados extraordinarios. También hay quienes opinan que sin buena estrella, Rentería no habría logrado su nueva hazaña. Ser sencillo y buena gente, no es casual para tener buena estrella. Hacer las cosas bien, creer, tener fe, son determinantes; por ello la suerte no es azar. La alegría que nos ha hecho vivir Rentería con su título reciente de campeón y jugador más valioso de la serie mundial de las Grandes Ligas, que se suman a su triunfo en el 97, a sus dos bates de plata y guante de oro, no será fácilmente repetible. Por ello, es inconcebible que luego de toda la euforia que puede generar un cuadrangular en la parte alta de la séptima entrada, de un partido 0-0, con dos hombres en base, dos outs, en calidad de visitante y cuya serie iba 3-1, un reconocido presentador de televisión en su programa de la mañana diga: “la Costa debe estar de fiesta por lo conseguido por Édgar Rentería, en Barranquilla seguramente adelantarán el carnaval porque allá, pasa cualquier cosa, y adelantan el carnaval”. Cuánto irrespeto y desinformación sugerir que lo logrado por Rentería es cualquier cosa. Y qué excluyente y regionalista su frase “la Costa debe estar de fiesta”, cuando comentadores y audiencias latinoamericanas celebraban con orgullo esta proeza que lo convierte en el cuarto jugador en la historia de las Grandes Ligas en conectar el imparable decisorio en el último partido de la Serie Mundial, el primer latino y único en hacerlo con equipos distintos. Récords, números y cábalas favorecen al pelotero y lo convierten en candidato al Hall de la Fama, que no es cualquier cosa, ¡por Dios! Pero desafortunadamente no es el único en el país que no pondera estos resultados virtuosos. Orlando Cabrera y Édgar Rentería no han sido deportistas del año en Colombia, pero sí campeones mundiales de un deporte con tradición y prestigio notable, figuras en Estados Unidos, por no decir héroes, para los aficionados de los equipos que llevaron a la gloria, ambos guantes de oro, etc. Al parecer estos costeños no han hecho méritos para el reconocimiento nacional que han tenido otros deportistas con menos logros. Hoy no hay excusas para negar este galardón. Enhorabuena, el rector de la Universidad de Cartagena entregó la altísima distinción J.J. Gómez, a Orlando Cabrera y Édgar Rentería, el 6 de octubre pasado, fecha en que la institución celebraba sus 183 años. Esperamos que con el mismo tino, el país premie la trayectoria de estos peloteros grandiosos, pero este año, sin titubeos, Édgar Rentería es el deportista del año en Colombia. martha_amor@yahoo.com

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