Columna


El asesinato de García Lorca

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

18 de septiembre de 2011 12:00 AM

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

18 de septiembre de 2011 12:00 AM

Hace 75 años, el 17 de agosto de 1936, asesinaron a Federico García Lorca, uno de los más grandes poetas del siglo XX, quien fue un  chivo expiatorio, víctima de la Guerra Civil Española, uno de los conflictos más horrorosos de la historia, que se desencadenó el 18 de julio de 1936 cuando, una caterva de militares, patrocinados por  derechistas, monárquicos y terratenientes, se sublevaron contra el gobierno de la Segunda República Española.
Esta insurrección de las fuerzas armadas españolas, contra un gobierno popular que, entre otras cosas, también estaba enfermo de mucha demagogia, se había incubado desde hacía varios meses en los cuarteles y es sabido que los rumores de la sublevación eran frecuentes, pero el gobierno republicano no les daba crédito. Algo inexplicable, ya que una polarización extrema se había apoderado de todas las fuerzas políticas.
En efecto, el Parlamento era una caldera, en el cual de un lado estaban las fuerzas que constituían el llamado Frente Popular, una variopinta coalición izquierdista compuesta por socialistas, anarquistas, comunistas, sindicalistas y en el lado opuesto estaba un popurrí de fuerzas derechistas compuestas por monárquicos, falangistas, carlistas y un largo etcétera.
En la semana previa al levantamiento del Ejército contra el gobierno republicano, ocurrieron hechos lamentables como el asesinato del izquierdista José Castillo, instructor de milicias socialistas y de José Calvo Sotelo, líder de la derecha. En este ambiente de confrontación, el 17 de julio de 1936, los militares se sublevaron en Melilla, posesión española del norte de África y lo demás es una historia conocida que culminó con la victoria del Bando Nacional, o sea del  Franquismo, el 1 de abril de 1939.
Pero, en el transcurso de esta guerra, España se desgarró, en razón de que ambos bandos cometieron masacres, en las cuales miles de sacerdotes fueron asesinados por los “Rojos “o republicanos y miles de socialistas, republicanos o anarquistas fueron ejecutados por las llamadas fuerzas franquistas. García Lorca era un blanco perfecto para las fuerzas derechistas, ya que tenía tres facetas negativas para la ultraderecha, como ser intelectual, izquierdista y “gay”, a lo cual se agregaron, según una obra de Miguel Caballero, rencillas familiares que enfrentaban a los Lorca con los Alba y los Roldan, que se exacerbaron tras la publicación de la obra teatral “La casa de Bernarda Alba”, de autoría de García Lorca, vista por los adversarios como una venganza literaria.
Al principio de la guerra Lorca estuvo tranquilo, no obstante, el 9 de agosto de 1936, fue vejado y golpeado por una patrulla franquista. A partir de este momento se amilanó e intentó lograr el amparo de su amigo, Luis Rosales Camacho, un poeta granadino con grandes vínculos con los golpistas. Rosales le aconsejó que se fuera para el territorio que estaba todavía dominado por los republicanos, pero Lorca no quiso arriesgarse y se quedó en la casa de la familia Rosales. El 16 de agosto fue detenido y el 17 fue fusilado en un paraje cercano a Granada.
Su portentosa obra le sobrevivió, bastaría citar, “El Romancero Gitano” y el “Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejía” para corroborar este aserto.

*Directivo universitario. Miembro de la Academia de la Historia de Cartagena.

menrodster@gmail.com

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