En la actualidad, los médicos reconocen un número cada vez mayor de enfermedades transmitidas por contacto sexual y el aumento se debe a actitudes cambiantes de los practicantes del sexo que cada vez experimentan más y más.El aumento erótico de la actividad buco genital ha aumentado las estadísticas de las enfermedades transmitidas por contacto sexual.
Como a los médicos se nos llama no solo a curar enfermedades sino a prevenirlas, considero importante tocar este tema para el público profano lector, que ayude a evitar pesares posteriores que comiencen precisamente por la boca.
La prevención de estas enfermedades de la boca que comprenden desde las más simples hasta las más graves, lo basamos en cinco puntos cardinales: 1- Educación a individuos acerca de medios para disminuir el riesgo de infección, 2- Hacer el diagnóstico y tratamiento eficaz de los pacientes infectados, 3- Identificación de pacientes con problemas visibles que probablemente por pena o prejuicio no buscan ningún tratamiento , 4- Algo muy importante y en esto se basa la prevención, hay que detectar los pacientes que no muestran nada, es decir, son asintomático regando la infección y 5- Asesoría, valoración y tratamiento de parejas sexuales con enfermedades transmitidas sexualmente.
Llamemos cunilinguo a lo que a través de los años hemos conocido como miné y no es más que usar la lengua y proyectarla al área vaginal de una manera análoga o similar a un empuje de pene, lo que lleva a tener al día siguiente un dolor en la superficie de debajo de la lengua, en donde se encuentra el frenillo y lógicamente también lo acompañan con dolor en la garganta y de una pequeña lesión ulcerosa en la mitad del frenillo lingual, cubierta por un exudado blancuzco rodeado de un halo rojo.
He visto mucho estas lesiones no solo en hombres sino también en mujeres que se confiesan lesbianas y todos justifican el problema a la experimentación de posiciones para buscar nuevas emociones, pero, a qué costo.
Hay que tener mucho tacto y discreción cuando se discute el caso con el que lo sufre, porque muchas veces nos sentimos los más sabios al ver la o las lesiones y nos pasamos por alto otros factores que también, fuera del sexo oral, producen las mismas peladuras y entre ellas podemos mencionar los alimentos duros, las restauraciones dentales ásperas o rotas, las cajas de dientes o puentes dentarios mal ajustadas o mordeduras accidentales o habituales, pero, lo que confirma el diagnóstico es, la verdad, es decir, que el paciente confiese la práctica del cunilingue .
Lo bueno de todo este cuento es que se resuelve a los siete días sin tratamiento, pero, sin embargo, no debemos olvidar que toda lesión abierta en la boca es una puerta de entrada para cualquier otra infección por microorganismos oportunistas.
Lo anterior nos confirma que no toda oportunidad se debe aprovechar y es mejor usar la boca para lo que fue hecha y no para lo que nosotros queramos que sea.
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