Columna


El rayo que no cesa

TULIA DEL CARMEN BARROZO OSORIO

24 de diciembre de 2010 12:00 AM

TULIA DEL CARMEN BARROZO OSORIO

24 de diciembre de 2010 12:00 AM

Hasta el último día en el Consultorio Jurídico se estuvieron atendiendo casos de violencia contra la mujer, por ello, es bueno llamar a este flagelo: el rayo que no cesa.
En El País, de España, hace dos días, salió la noticia sobre una mujer que puso muchas quejas de este tipo sin resultado por parte de las autoridades, hasta que 3 semanas después de la última, su pareja la asesinó.
La violencia va desde la más cruel, hasta la más sutil, como la que se ejerce sicológicamente, haciendo uso de las influencias que se tienen para burlar incluso, la liquidación de una sociedad conyugal. En estudio reciente auspiciado por el Fondo de las Naciones Unidas, publicado en la Revista Semana, se detectó que los imaginarios colectivos permanecen intactos, como los de hace 70 años.
En Colombia, se dividió la investigación en tolerancia social, y la institucional. Se entrevistaron 1.080 personas, favoreciendo negativamente la violencia contra la mujer, así: 76% cree que si el hombre está bravo, es mejor no provocarlo; 36% de los hombres piensa que una buena esposa, debe obedecerlo en todo; el 39% piensa que ella debe tener relaciones sexuales, así no quiera; 46% está de acuerdo con que el hombre insulte a la mujer, si hace algo malo, y merece apelativos insultantes; 1 de cada 10 hombres opinó que ella debe aguantar la violencia, para mantener la familia unida, ¡a lo que la mujer actual llama ser una mujer inteligente y mantenida en su puesto!, a pesar de que la mujer de hoy es una mujer educada, y con autonomía económica. Sin embargo, permanece anclada en ideas retrógradas, creyendo que será santa ante los ojos de Dios.
Parece que se refocilara con el dolor haciendo alusión al verso del español Miguel Hernández: Cardos y penas por corona/cardos y penas siembran sus leopardos/y no me dejan bueno hueso alguno.
Los resultados institucionales fueron más graves: 19% cree que la mujer sigue con su pareja después de ser golpeada porque le gusta, dejando claro el desconocimiento sobre la dinámica del problema; la mujer misma no lo conoce, solo lo vive y se acostumbró; el 27% opinó que si la mujer conservara su lugar, sería menos agredida por su pareja; el 23% cree que la violencia se produce porque el hombre debe hacerse respetar.
Esto es grave, porque las mismas personas que conforman el cuerpo técnico especializado al interior de las autoridades, ya poseen ideas negativas preconcebidas, para abordar el flagelo.
Concluyó la investigación que en los estratos 1, 2 y 3, la violencia se caracteriza por los puños y “muñequeras”; y en los 4, 5 y 6 es más sicológica, lo que la hace más perdurable, porque estas huellas no dejan rastro físico, sin dejar de lado que tanto la física como la sicológica, están presentes en todos los estratos.
Más grave es que en las instituciones donde se pueden producir los cambios, es donde más apoyan estas conductas, ya que el 94% todavía cree que se debe buscar la conciliación entre las partes, partes que ya olvidaron el respeto y la dignidad hacia el otro.
Mujeres: en ustedes está la solución, con el amor propio se harán los grandes cambios. Despierten y no queden como dice el poeta Hernández: No podrá con la pena mi persona/rodeada de penas y de cardos: / ¡cuánto penar para morirse uno!

*Directora consultorio jurídico Universidad Libre de Cartagena

tbarrozo@hotmail.com
 

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