El secreto de una mente “genial”

Todos podemos desarrollar una mente “genial” porque todos nacemos con el embrión de un talento sobresaliente que si lo descubrimos, lo valoramos y lo perfeccionamos para utilizarlo como herramienta para ganarnos la vida, a medida que lo ejercitamos crece exponencialmente porque nuestro sentido de observación conectado a la especial inteligencia que subyace tras ese talento atrae hacia ella todo lo que le conviene.
Esa es la razón de la sabiduría del antiguo adagio: “conócete a ti mismo”. Porque descubierto ese embrión del talento y lo desarrollamos se desencadenan factores que enriquecen la mente. La mente es selectiva y la observación de todo cuanto se relaciona con dicho talento, como si fuere un imán, lo fija en nuestra memoria y enriquece el arsenal de nuestra imaginación.
Es fácil concentrar la atención en asuntos que verdaderamente interesan. La reflexión se vuelve agradable y fructífera y el pensamiento se mantiene adherido a su objeto, las ideas acuden en abundancia y aportan soluciones originales.
Esa es la clave del éxito de los que alcanzan la cima de la fama, de la gloria o de la riqueza. Napoleón se ufanaba de un poder de concentración completo.
Un ejemplo sencillo nos lo presenta  Johana Corrales en su escrito en Facetas de El Universal del domingo 20 de mayo sobre Preston Bailey, quien de pobre diablo que pasaba hambre y necesidades llegó a ser el gurú de los organizadores de fiestas de la alta sociedad americana cuando “se percató de que era muy bueno manipulando las flores y que tenía la habilidad de crear figuras que le quitaban el aliento a todos los que las apreciaban. En ese momento descubrió un talento que le devolvería el sentido a su vida”.
Hoy cobra mínimo 200 mil dólares por organizar una boda y le falta tiempo para atender la demanda.
¿Quién pudiera imaginar que alguien por tener talento para arreglar flores o para patear una pelota de fútbol, como Falcao, pudiera alcanzar tanta fama y ganar tanto dinero?
Es que cada uno de ellos alcanza la perfecta concentración de pensamiento cuando está en su tarea realizando su vocación y esa es la clave. Cuando se dice de alguien que tiene visión de futuro o que está inspirado es que sus facultades mentales están alineadas como consecuencia de vivir su vocación y su concentración es perfecta.
En cambio, la falta de atención, la pereza mental es frecuente en quienes no ejercitan su inteligencia predominante. Una persona en quien predomina la inteligencia corporal y cinética propia de los bailarines, atletas y cirujanos probablemente muestra poco interés por las matemáticas y si su ocupación equivocada es la de contador se aburrirá terriblemente con los balances de una  empresa. En cambio, la persona en quien predomina la  inteligencia lógico-matemática encontrará de mucho interés dicho balance y lo asumirá con gusto.
El interés es el gran motivador de la mente, lo que origina la concentración. Es indispensable para fecundar la imaginación, y la aplicación metódica de la imaginación es la que encuentra las respuestas a los problemas más intrincados.
Sé que repito algunos conceptos porque me gustaría que los aplicaran los padres, maestros, alumnos y los propios lectores que saben que la vida terrenal es solo una y que es mejor vivirla a plenitud que a medias. Y que nunca es tarde para empezar. Se requiere un poquito de valor para atreverse a hacerlo.
albertoaraujomerlano@hotmail.com