La afirmación del señor gobernador me dejo pensando: “Bolívar es territorio cultural”. Decirlo así, es colocarnos sobre las exigencias que nos hace una esperanza activa para el departamento. Del gobernador sabemos que está preparado en un tema que integra todo y nos integra a todos.
Dinamizar un departamento, desde este buen criterio, es abrir ductos de inclusión y participación, de legitimidad y de reconocimiento. Es construir acuerdos edificantes con el territorio tal como pasó en el reciente encuentro con las víctimas y el alto gobierno.
Rodeemos al gobernador en tal propósito para empezar a construir desde ya lo que uno sueña, porque a veces lo que uno espera nunca llega. El espacio de construcción es el plan de desarrollo departamental. Tengamos presente que el porvenir de los bolivarenses no se lo hemos hipotecado a nadie. Qué bueno que el plan de desarrollo nos ponga sobre el horizonte de la política pública en materia de cultura y desarrollo colocando un énfasis en la pregunta que daría respuesta a la inquietud del gobernador: ¿Qué ha pasado con la ciudadanía cultural en Bolívar que hoy reclama escenarios de articulación entre gestores culturales, sectores académicos, y las decisiones políticas que la articulan?
Pensar a la cultura de la mano del desarrollo nos exige reconocer el valor de su transversalidad, concebirla como una política de Estado y tener presente que nada que se refiera a la producción de sentido puede estar por fuera de cuanto articula las relaciones sociales.
Revisando nuestros Zodes, fácilmente podemos darnos cuenta que la desarticulación de los esfuerzos culturales como la ausencia de una política permanente y sostenida de comunicación, intercambio e integración en el ámbito cultural ha sido la constante.
Esfuerzos muy buenos y convocantes, pero siempre coyunturales que responden más a la fecha en que hay que celebrarlos que a una dinámica realmente integradora y de largo plazo, es lo que históricamente nos ha marcado. Amén del hecho grave de que muchas de nuestras iniciativas, expresiones y productos culturales no se conocen en Cartagena ni a Cartagena parece interesarle conocerlos.
Queda claro que la ciudad región ha de tener como elemento constitutivo la dinámica integradora de la cultura. Reconozco que hay cosas buenas y otras muy buenas. Pero no estoy seguro de si estas experiencias, con toda su riqueza, alcanzan a tener una incidencia que favorezca tanto los procesos de integración como la configuración y desarrollo de un espacio cultural en nuestro departamento.
Bolívar, después de estos últimos años, vive un cuarto de hora interesante. Con el gobernador tenemos que dialogar arriesgando hipótesis. Ello significa construir iniciativas conjuntas, ensanchar las agendas y acordar programas de trabajo. En todas nuestras ecoregiones tenemos un desafío enorme: examinar a fondo la relación entre crecimiento económico con equidad y el fortalecimiento de nuestra identidad cultural.
Creo que el esfuerzo de la Universidad Tecnológica es muy valioso pero no es suficiente. Hay que hacer la vinculación de las políticas culturales con las políticas económicas y sociales.
El gobernador tiene un gran reto y hay gente buena que desea avanzar con él. Excelente que nos pudiera dejar, como cimiento de un buen comienzo, una plataforma cultural integradora del departamento. Es un grito lanzado en la Boquilla y escuchado en Cantagallo.
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()