Columna


¿En serio, ah?

MIGUEL YANCES PEÑA

09 de julio de 2012 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

09 de julio de 2012 12:00 AM

Un cuento muy contado en los círculos a académicos dice así: un científico francés que valoraba mucho los cangrejos por su poder nutritivo, fue al mercado a comprar algunos. Se encontró que los vendían vivos, empacados en cajas de cartón, y que algunas estaban cubiertas, pero la gran mayoría estaban abiertas. También observó que las que estaban cerradas eran más costosas que las abiertas, y como buen científico comenzó a preguntar.
Oiga señor, dijo en su mal acentuado español, dígame que sucede aquí. La mayoría de las cajas están abiertas, y las pocas que están cerradas son más costosas; ¿tiene algo que ver la tapa con el precio? No señor es la nacionalidad. ¿Cómo así? le preguntó mas confundido el francés. Pues mire “compa”, le dijo el vendedor que como ya se habrán podido enterar era costeño, lo que pasa es que los cangrejos de las cajas abiertas son colombianos, y los de las cajas cerradas son japoneses.
Tampoco eso resuelve mi pregunta, insistió el científico, y el “compa” al percatarse de que era extranjero, le explicó con mas detalles: pues mire, los cangrejos japoneses hay que empacarlos en cajas cerradas porque esos cangrejitos son muy astutos; rápidamente se organizan hacen unas montañas unos sobre otros, sacan al primero y este desde afuera ayuda a salir a los demás.
Qué inteligentes, dijo sonriente y sorprendido el científico por la teoría del vendedor; ¿y los colombianos, no se organizan, o qué? No “compa”, imaginase que cada uno trata de salir por sus propios medios, y cuando los demás ven que uno está a punto de lograrlo, lo agarran por las patas.
El francés, que como dijimos era además científico, y los científicos se hacen preguntas, y le buscan sus propias explicaciones, comenzó a analizar así: bueno pero porqué el vendedor hablaba de cangrejos colombianos, será más bien cangrejos costeños, porque los cangrejos viven y se reproducen en cercanías del mar. ¿Será que los cangrejos del Pacífico serán iguales en esto, que los cangrejos del Caribe, y los de Cartagena igual que los de Santa Marta y otras ciudades costeras? Le tocaba investigar un poco más.
Conocedor de que los hombres imitan ciertos comportamientos de la naturaleza, se dedicó a estudiar a los cangrejos de las diferentes costas del país, con el fin de extrapolar los resultados a los seres humanos, y encontró las siguientes estadísticas a las que hay que darle toda credibilidad porque el método consistió en hacer el experimento, y repetirlo muchas veces, con muestras representativas de cangrejos de cada una de las playas y encontró que en casi todas las ciudades costeñas había mucho individualismo cangrejil, pero que en algunas playas, a costa de engaño, unos cangrejos lograban escaparse de las cajas; se iban, y no volvían nunca jamás.
Pero el descubrimiento mas asombroso fue que los cangrejos de las playas cartageneras eran muy nobles, pues ni pensaban en escapar, y si alguno intentaba hacerlo, procedían como lo dijo el vendedor, lo jalaban de las patas.
La explicación del francés es, que eran muy afectivos y necesitaban vivir juntos; y que no escapaban todos porque además eran muy chéveres: gozaban, bailaban y se reproducían, cualquiera fuera el sitio en que estuvieran encerrados.

*Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe.

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