"Contra viento y marea" es un volumen de ensayos del premio Nobel Mario Vargas Llosa publicado en 1983. En esa obra "autobiográfica", en el aspecto intelectual, el autor escribió un prólogo que resulta una clara inferencia de él mismo con las variantes ideológicas y filosóficas de Jean Paul Sartre y Albert Camus. En la obra, Mario Vargas Llosa se muestra como un escritor con vocación literaria definida, bien estructurado, a la luz de un pensamiento diáfano sin desviaciones adjetivas. Analiza con profundidad las discrepancias que en los años sesenta enfrentaron a Sartre y Camus en razón a sus diferentes percepciones filosóficas e intelectuales en relación con la guerra fría, la Unión soviética de la época, la Revolución Cubana y algunas de carácter literario. De esa manera Vargas Llosa reflexionaba: "será que la Historia lo es todo o es sólo un aspecto del destino, si la moral existe autónomamente, como realidad que trasciende el acontecer político y la praxis social o está visceralmente ligada al desenvolvimiento histórico y la vida colectiva". Entre Sartre y Camus no existían diferencias ideológicas profundas, no se ubicaban en las vertientes extremas; ambos eran contestatarios y anticapitalistas. Sus parlamentos estaban centrados en la filosofía, la historia y la literatura. Señalaba Vargas Llosa que para el Sartre de entonces, la Historia era una metáfora, que se semejaba a una Mesalina del siglo XX, una especie de piscina contaminada de barro y sangre donde están inmersos los explotadores y los explotados, los ricos y pobres, los libres y esclavos, a un orden social que nace y otro que declina; esa era una realidad que había que aceptarla. El prologuista defiende a Sartre de los acusadores irreverentes de la época, que con saña lo ubicaban en el "extremismo marxista". Según Vargas Llosa, Sartre fue crítico de los campos forzados en la Unión soviética, del dogmatismo comunista; pero insistía que si bien era cierto que los crímenes de Stalin eran condenables por abominables, no era menos cierto que eran peores aquellos que convierten a la mayoría de la humanidad en una mera fuerza de trabajo destinada a llenar los bolsillos de las minorías que son dueñas del capital". El Nobel más adelante sostenía que el combate contra la injusticia es moral antes que político... Finalmente el Nobel confiesa que en un principio no admiraba la obra de Albert Camus por varias razones que no enumeraremos en este breve escrito, pero años después en el ensayo: "Albert Camus y la moral de los límites", le reconoció su valor literario y filosófico y llegó a estar de acuerdo con él: "en que el poder, todo poder aun el más democrático y liberal del mundo tiene los gérmenes de una voluntad de perpetuación que culmina en el despotismo, en las dictaduras". Con cierta perspicacia se puede observar que entre el Vargas Llosa ensayista y crítico de ayer, influenciado por Sartre más que por Camus, hay una diferencia clara con la del calificado novelista, autor teatral y Nobel del 2010. *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co
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