Columna


Estrategias del santismo

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

04 de febrero de 2011 12:00 AM

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

04 de febrero de 2011 12:00 AM

Qué bien conoce la burguesía el carácter amnésico de nuestro pueblo, al fin y al cabo, ella misma ha provocado la amnesia sistemática a través de sus medios de comunicación masiva, falseando repetidamente la realidad o de ignorándola.
De un momento a otro quieren vendernos la idea de que Santos representa un cambio fundamental, un salto cualitativo social, económico y en seguridad, frente al gobierno anterior.
A diferencia de Uribe, Santos sí es parte de la rancia burguesía colombiana y su familia tiene poder y control de buena parte de los medios influyentes de comunicación masiva.
La “unidad nacional” representa la intención de borrar del mapa la oposición y construir un consenso mediático en el vacío, que le dé carta blanca para avanzar en la dirección que quiera, sin debate ni justificación.
Santos, con sus medidas y agenda legislativa, apuntala al neoliberalismo disfrazado: revaluación del peso, rebaja de aranceles, producción de agrocombustibles, gabelas a la minería transnacional, la sostenibilidad fiscal, centralización de las regalías, austeridad en el gasto social y la ley estatutaria de salud.
La excluyente ley de reparación de víctimas, propuesta de restitución de tierras para facilitar los negocios del capital financiero, ley de formalización del trabajo, que profundiza el abaratamiento de la mano de obra, reconstrucción de los daños del invierno, proyectada como oportunidad de negocios, para lo cual ya la banca nacional e internacional planean aprovecharse de ella.
El transporte aéreo pasó a manos de monopolios continentales. Dos de las tres grandes cementeras son de propiedad foránea; las telecomunicaciones, la energía eléctrica, los servicios públicos domiciliarios, la salud y otros, dejaron de ser nacionales.
El comercio se concentró para beneficio de cadenas de grandes superficies, de talla mundial.
La economía del país se ve cada vez mas circunscrita a la minería trasnacional, la extracción de petróleo y gas, la producción de agrocombustibles y las explotaciones agrícolas de multinacionales dirigidas a la exportación.
El alza de los combustibles se traslada al transporte y arrastra una avalancha de alzas que golpea la canasta familiar, es otra forma de cobrar nuevos impuestos.
ECOPETROL es la empresa más rentable del país, la venta de otro 10% es su privatización y es otro atraco a la soberanía nacional,  Santos sigue matando la gallinita de los huevos de oro.
Es una política planificada desde las élites, que manipula la opinión diciendo que es una venta para el desarrollo y para justificar las privatizaciones.
La corrupción, que roba más de 4,2 billones de pesos al año, tiene impunidad total en las instituciones del poder.
Los paramilitares, que firmaron pactos con ganaderos, industriales, empresarios y demás agentes activos no han respondido a la verdad, a la justicia, ni mucho menos a la reparación de las víctimas, ni se han denunciado sus financiadores y autores intelectuales.
En octubre de 2011, veremos cómo empiezan a pelar el cobre las estrategias del santismo cuando sus aliados de la parapolítica y  mafias politiqueras, sigan en las gobernaciones, alcaldías, concejos, asambleas y el súper poder transnacional, profundizando la inequidad social, la violencia y la pobreza en nuestro país.

*CUT BOLÍVAR   

cutbolivar@gmail.com
 

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