La ganadería colombiana necesita diversificar mercados para tener alternativas tales como exportar ganado en pie, en canal, y abastecer nuestro mercado interno.
El Estado, regulador de las políticas macro y micro, con la presencia y de común acuerdo con el gremio ganadero, debería establecer unos lineamientos claros en cuanto al porcentaje de animales que podrían exportarse en pie y en canal, al igual que abastecer el consumo interno.
Para que dichas políticas sean sanas es básico el contacto permanente con el gremio, con sus posibilidades reales, sus fortalezas, sus debilidades y en algunos casos, sus tristes realidades.
La ganadería colombiana necesita el apoyo del Estado y de la Federación que la representa como gremio, defendiendo sus intereses en distintas áreas económicas dentro de la propia ganadería para favorecer a todos sus integrantes: buscar mercados externos (en pie y canal), mejorar el interno, establecer una intermediación sana y justa entre el productor y el consumidor final, controlando al intermediario, que en la actualidad ha posicionando la carne como un producto de consumo para la elite, con precios altos para el consumidor y bajos para el productor; y controlar el valor de los insumos –especialmente las drogas veterinarias y los productos químicos para los potreros-, cuyo valor aquí en Colombia es de los más altos de Latinoamérica.
La venta al exterior de ganado en pie y en canal, en una proporción justa, ayudaría a la regulación del precio interno, controlando la sobreoferta existente, que baja el precio al productor, mas no al consumidor final, quedando la utilidad –como siempre- en la cadena intermediaria.
Tradicionalmente, en épocas de verano el intermediario subía el precio al productor sin afectar al consumidor final, y al llegar las lluvias, mantenía el precio al consumidor pero se lo bajaba al productor por la sobreoferta de ganado para levante y ceba, y por la abundancia de leche.
Por lo tanto, la opción de la venta de ganado en pie o canal para exportación –en las justas proporciones mencionadas- entraría a regular la cadena, estableciendo una distribución más equitativa para todas las partes involucradas, sin lesionar al consumidor final. En el año 2010 hubo tanta oferta de ganado, hasta en verano, que por primera vez no subió el precio.
La sobreoferta de ganado hoy hace más que válida la exportación en pie para el Líbano. La negación u obstaculización de esta posibilidad ha creado gran malestar en los ganaderos, que ven con gran preocupación que esta clase de medidas las tome el Estado sin el valioso concepto de los ganaderos, representados por el Dr. José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de la Federación de Ganaderos (Fedegán). Y también preocupa el silencio del Dr. Lafaurie al no pronunciarse enérgicamente sobre el hecho de no haber sido tenido en cuenta en tan importante decisión por el ministerio de Agricultura.
La ganadería colombiana emplea a millones de colombianos: trabajadores de campo, transportadores, frigoríficos, empresarios, y otros. Necesita la ayuda incondicional del Estado, y necesita ser escuchada y apoyada para el bien de los colombianos.
*Ganadero doble propósito
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