Columna


Financiación de campañas

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

30 de septiembre de 2011 12:00 AM

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

30 de septiembre de 2011 12:00 AM

El círculo vicioso de politiquería, corrup-ción y clientelismo, captura las elecciones democráticas a cargos públicos.Es la más clara expresión de una democra-cia sitiada, que no permite que los ciudada-nos puedan elegir libremente a sus gober-nantes.
Lamentablemente se ha vuelto institucio-nal, y los grandes inversionistas en estas cam-pañas, algunos  con recursos de origen dudo-so, alcanzaron en la política la mayor rentabi-lidad de sus negocios y del poder político.
El político en campaña con opciones de ganar, representa una inversión segura a futu-ro, porque dependerá de los resultados de su apuesta el obtener grandes ganancias, convir-tiendo a los políticos en sus clientes, que les garantizan paquetes enteros de innumerables beneficios.
La secuela que dejan los financistas de campañas tiene como inventario obras publi-cas con sobreprecios, otras obras fantasmas y algunas innecesarias, licitaciones manipula-das, privatizaciones de favor, venta de lotes baldíos, exenciones tributarias, desvió y sa-queo de fondos sociales, malversación de la  ayuda internacional y créditos de fomento, coadministración, trafico de leyes, decretos, resoluciones y sentencias judiciales.
Todas las personas de buenas costumbres y los que soñamos con un mundo mejor para las nuevas generaciones, tenemos que dejar de lamentarnos, denunciando el carnaval en que se han convertido las elecciones.
Es sabido por todas las instituciones que a nombre del Estado imparten justicia, que los candidatos con mayor opción a ser elegidos, están tentados en financiación desde las cár-celes de alta seguridad, casas por cárcel, y por las grandes empresas politiqueras.
Es inocultable que la parapolítica sigue eligiendo presidentes y congresistas, y con su influencia imponen jueces, magistrados y funcionarios de los entes de control.  
Como si fuera poco, llega a estos escena-rios el ex presidente más corrupto y descom-puesto, quien instituyó que el fin justifica los medios, reafirmando, que sigue viva y cam-pante la parademocracia.
Existen los carteles de embargos a los in-gresos de los municipios y estamos sitiados por una clase política que impone estrategias con el poder económico en populosos barrios de población donde vive mucha gente en condiciones denigrantes e inhumanas.
El PDA, el voto de opinión, los indepen-dientes serios, las distintas entidades del Esta-do tienen la obligación democrática y ética de cambiar radicalmente este carnaval, hacer po-sible una elección transparente y con garan-tías genuinas para todos y todas.
Es imprescindible realizar un juicio con el voto desde la ciudadanía que tiene el poder de elegir, y de transformar a viable la forma de hacer política en lo moral, social, político y económico.
Los abstencionistas deben jugar sobre una propuesta política de cambios profundos en democracia, que anulen el poder de los finan-cistas cuestionados.
La consigna es cambiar, no podemos se-guir con los mismos barones de la política y detrás de ellos, los financistas.
Los trabajadores sindicalizados, la CUT, somos los más avanzados en la organización social, por lo cual estamos llamados a levantar la bandera de la resistencia y la organización contra la ilegalidad.
Cartagena, Bolívar, y sus habitantes, no pueden renunciar a lograr el rescate de lo pú-blico a favor de las mayorías desposeídas y ex-cluidas.
La sociedad civil requiere de nuevos líde-res con proyectos serios y acciones específicas y drásticas en la prevención y sanción del de-lito.

*CUT BOLÍVAR

cutbolivar@gmail.com

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