Columna


Frases para reflexionar

LUIS EDUARDO PATERNINA AMAYA

23 de marzo de 2011 12:00 AM

LUIS EDUARDO PATERNINA AMAYA

23 de marzo de 2011 12:00 AM

Y la tertulia continuó para tratar un tema que quema, espinoso, delicado y de mucho cuidado, porque los santos y héroes ya no existen. Para ocuparse de él se necesita un escudo que llaman autoridad moral, especie de difícil predicamento y casi exótica en la conducta humana.
Uno de los pensadores del tertuliadero suelta estas frases: “el hombre es lobo para el hombre”, “el fin justifica los medios”, “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe”, que de haberlas craneado Miguel Nule Velilla, seguramente ya hubiera sido calificado como el filósofo del desastre y un engendro del apocalipsis. “La corrupción es inherente a la naturaleza humana”, pensamiento que ha puesto a más de uno a subirse el velo de la hipocresía para exhibirse como un representante de la moral, porque aquella otra contundente sentencia que evitó un homicidio, al exhortar a tirar la primera piedra aquél que estuviera libre de pecado, no aplica para tanto falso predicador.
Tal vez, Miguel no quiso envolver a la humanidad con su frase, solo pretendió acomodársela al colombiano, no obstante ser la corrupción un fenómeno mundial. Salta entonces aquí la pregunta obligada: ¿No se ha dicho hasta la repetidera que el mal mayor que identifica al colombiano es su propensión a ser corrupto? ¿Que esta conducta, convertida en un modus vivendi, ha hecho mucho más daño que la guerrilla, el narcotráfico y la delincuencia en general? ¿Qué ha hecho todo órgano de poder que pueda ejercer influencia colectiva, incluyendo las grandes cadenas radiales y la gran prensa para enfrentar tan preocupante problema, además de mostrarlo?
Una comisión de sabios que se integró a instancias de un Presidente de la República, hizo algunas recomendaciones hace más de veinte años, sugiriendo que en la educación estaba la clave para empezar a erradicar el problema que arranca con el nacimiento del niño aprendiendo lo que ve para aceptar como normal, por ejemplo, el enriquecimiento fácil y rápido, el robo como un acto obligado cuando le han dado la oportunidad, precisamente para eso, para que la aprovechara. Entonces, aquella comisión recomendaba emprender un plan educativo desde la gestación y, por lo menos, seguirlo con tres generaciones hasta estructurar un nuevo hombre para que la corrupción no le sea inherente como hoy le es al colombiano, hijo de una sociedad enferma y agresiva por el uso de tantos métodos violentos que dejan muy mal parada a la condición humana.
Arrinconados como se percibía que estaban los Nule, por los sucesivos errores que en la voz de Guido reconocieron y, por la implacable publicación de una prensa que camina paralela con los organismos de control buscando la verdad, se han convertido en un principio que seguramente dará con el origen y la solución a una enfermedad que, en cabeza de los ambiciosos jóvenes, no son más que ventosidades de frágiles mariposas. 
Entonces es el momento para que esa gran prensa no se quede distraída con los Nule, su verdadera misión es seguir escarbando hasta que, por fin, la Nación entera aprenda a conjugar palabras que se fosilizaron en los clásicos, como disciplina, honestidad y la vilipendiada moral que hoy vale si es doble.
¿Estará totalmente equivocado Miguel con la desafortunada frase? ¿No seguimos siendo lobos, socialmente corrompidos y decididos a llegar al fin sin importar los medios de lucha?

noctámbula2@hotmail.com
 

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