Columna


Gobernantes: retos de Cartagena y Bolívar

PIEDAD ROJAS

02 de noviembre de 2011 12:00 AM

PIEDAD ROJAS

02 de noviembre de 2011 12:00 AM

Hace años fueron los BRIC: Brasil, Rusia, India y China eran señalados como potencias futuras. Ahora su peso resulta fundamental en decisiones que afectan a todo el planeta. Han dejado de ser el futuro para convertirse en el presente. Y en los círculos económicos internacionales comienza a sonar el acrónimo CIVETS: Colombia, Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Suráfrica, países que ocupan puestos en la cabeza del ranking mundial para la inversión extranjera directa. En Cartagena y Bolívar debemos tener un modelo de futuro para el territorio si queremos ser subregión de primera división en los CIVETS para atraer inversión y talento humano. Las bases para hacer este camino ya han comenzado a construirse: contamos con un Plan Regional de Competitividad de Cartagena y Bolívar 2032, construido colectivamente, que da señales claras de nuestra apuesta para la competitividad territorial.
El gran reto para las administraciones futuras es revisar ese plan a la luz de las nuevas oportunidades del mercado global y frente a nuestras particularidades como territorio y priorizar aquellas líneas de trabajo que generen un mayor impacto social y económico, sostenible y respetuoso con nuestro entorno, que es nuestro activo principal. Además, la ciudadanía debe ser consciente de su corresponsabilidad en la construcción de su futuro colectivo.
Estamos en buen momento. El impulso político y social que siempre debe suponer la celebración de un proceso electoral nos pone, una vez más, a punto para comenzar a construir. Aprovechémoslo. Los resultados de las elecciones del pasado fin de semana muestran que los candidatos electos tienen gran aceptación y legitimidad.
Debemos asomarnos a la construcción del espacio social y económico sobre el territorio con la mirada puesta en la sostenibilidad. Además, hay que priorizar de entre las apuestas productivas que van a ser apoyadas de manera preferencial con recursos públicos: aquellas que generen mayores impactos positivos para la mayoría.
También hay que seguir avanzando en la construcción de espacios más amables para las personas y la convivencia, y de una cultura ciudadana alineada al modelo de sostenibilidad. Todo ello garantizando una ordenación urbanística que atienda las necesidades de movilidad y promueva la integración social.
Se trata, en definitiva, de promover una ciudad y un departamento que ofrezcan una calidad de vida percibida como tal por el conjunto de sus ciudadanos y visitantes, con un paisaje urbano de calidad y un modelo de movilidad que integre al peatón como sujeto esencial del espacio público. Un modelo que incorpore la cultura como elemento de construcción de ciudadanía y preserve nuestro rico patrimonio urbano integrando en él usos y actividades contemporáneas: la identidad y el conocimiento que nos hacen un pueblo único son, junto a nuestros recursos naturales, nuestra riqueza principal.
Es el momento clave para insertarnos en la economía global y cerrar las grandes brechas de inequidad y pobreza o seguir manteniéndonos como hasta ahora, en territorios marginales en el mundo globalizado contemporáneo. Tenemos unos dignatarios elegidos democráticamente que tienen las mejores intenciones. Hay que darles la oportunidad de liderar los cambios. No nos convirtamos en aves de mal agüero. Seamos positivos y propositivos. Se avecinan vientos mejores.

*Master en responsabilidad social empresarial

lapietarojas@yahoo.com

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