Pasó el 11 noviembre del 2011, y este año las fiestas tuvieron un matiz especial, es el bicentenario de la independencia de Cartagena de Indias.
Los colores vivos engalanan los balcones representativos de esa historia llena de sacrificio y de sangre, en el imaginario de los que sólo piensan en sacar provecho de esta fecha.
Los vendedores estacionarios, ambulantes, cocineras, cuidadores de carros, zapateros, libreros, ya no pueden estar más tiempo aquí, toca sacarlos para su estrato.
Que en estos doscientos años se escuchen gritos y más gritos de ¡libertad, libertad, libertad! hasta los confines de nuestra ciudad.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por el tarugo de la desigualdad, injusticia social, pobreza, miseria, falta de oportunidades, demostrando que aún existe la opresión y explotación de una clase dominante.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por el tarugo para poder satisfacer las necesidades básicas, con un trabajo digno en los grandes macroproyectos de la ciudad.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por el tarugo que sigue oprimiendo la garganta de tantos trabajadores con cero seguridad social, que hacen que más de 60.000 mototaxistas y los campesinos desplazados también sean parte del conflicto social.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por ese tarugo de no poder estudiar en una universidad pública, en peligro de desaparecer, con reformas para el TLC y garantías para el capital transnacional.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por ese tarugo que sigue ahogándole el grito de libertad a miles y miles de cartageneros que mueren por falta de atención médica primaria a tiempo, y con tantos trámites que se convierten en mendicidad, para la entrega de tratamientos y medicamentos.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por ese tarugo del grito de Independencia, en las familias sin vivienda digna, víctimas de corrientes de arroyos, faltos de mantenimiento, convirtiéndose anualmente en miseria y tragedia de nunca acabar.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por ese tarugo que sigue ahogando el grito de libertad a miles y miles de cartageneros que ven la ciudad tomada por bandas de delincuentes, de narcotraficantes, paramilitares, pandillas juveniles y sicarios, que no respetan el don más grande que Dios nos regaló...la vida.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por ese tarugo que sigue ahogando el grito de libertad, a miles y miles de cartageneros que ven cómo los financistas de campañas manipulan el cómo robar el erario, aumentando las cuentas bancarias y las elecciones a cargos públicos que no hacen sino defraudar y engañar.
Que sean gritos enmudecidos del pueblo, atorado por ese tarugo que sigue ahogando el grito de libertad a miles y miles de cartageneros que ven los sobrecostos de Transcaribe, Transversal 54 y 5 inexplicables peajes dentro de la ciudad, sobrecostos de la gasolina y la “revolución del cemento” en calles con huecos y sin pavimentar.
Cartagenero, tenemos la responsabilidad histórica de que este grito sea realidad, despertar en ese espíritu guerrero la solidaridad de los buenos y que se libere al unísono el grito de libertad.
Así comenzaremos a gestar el verdadero grito de independencia con los soñadores, dueños de utopías con principios éticos y de moral, para construir un mundo lleno de equidad con justicia social.
*CUT BOLÍVAR
cutbolivar@gmail.com
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