Columna


Colombia debe de aprovechar las circunstancias del invierno para hacer una verdadera revolución que rescate el buen nombre de varias de sus instituciones gubernamentales y lo principal, que su gente viva de manera digna.
No podemos permitir más que se arriesgue la vida de tantos colombianos que por no tener nada, se ven obligados a construir sus techos en zonas no aptas para ello y, sin las condiciones de higiene ni servicios adecuados.
Lógicamente, las autoridades deberían ejercer este control, pero cuando el Estado defina realmente hacer lo que debe y no, como siempre, cuando se presentan los hechos es que se le escucha, diciendo que esto no debería suceder y pidiendo la solidaridad. No, señores, esto debería acabar. Que el Gobierno tome las medidas necesarias, primero para que se prohíba la construcción de viviendas en zonas de riesgo, y segundo, dando la oportunidad a la gente de tener vivienda con todos los servicios y la posibilidad de empleo para cada una de ellas.
La verdadera revolución en Colombia recuperaría la dignidad de tantas familias que padecen la miseria o pobreza absoluta.
Ha tardado demasiado para que algún gobierno construya un plan integral en donde las familias recuperen su condición humana, con techo, salud, educación, recreación y una entrada económica fija.
Se puede hacer y con recursos que podrían provenir de la comunidad internacional. Pero se necesita la voluntad política para que el estamento gubernamental apoye dicha propuesta y cada una de las entidades cumpla con su función de manera integral.
Proyecto integral: “Colombia habita de manera digna”, podría convertirse en piloto para llegarle a un millón de familias de escasos recursos, con viviendas de material reciclado, como en Brasil y Argentina, además de otros países, en donde se utiliza incluso la mano de obra de los beneficiados, poniéndoles a disposición la educación a través de la tecnología de punta, sin que se movieran de ese lugar de asentamiento para sus hijos.
Tendrían puestos de salud manejados por las facultades de medicina universitarias, con parques para la recreación y lo más importante, viviendas dignas con espacio mayor a 60 metros cuadros de construcción.
Se involucraría el Gobierno nacional en cabeza de la Presidencia y Vicepresidencia de la República, la Dirección Nacional de Estupefacientes, el SENA, Bienestar Familiar, universidades públicas y privadas, países amigos y lógicamente, la empresa privada para cumplir con la responsabilidad social empresarial, pero para hacer la verdadera revolución en Colombia, que además de solucionar el problema de vivienda, también se trate como debe ser el problema social en general.
Todos ganaríamos y se aprovecharían los recursos para solucionar definitivamente este problema en el país, convirtiéndonos en un ejemplo para el mundo entero.
Ojalá el Gobierno nacional liderara este proyecto: “Colombia habita de manera digna”, para poder decir que lo estamos haciendo bien.
No más mendicidad, no más indignidad, no más corrupción. Se requiere voluntad política y la transformación cultural que permita soñar con un mejor país.

*Periodista, ex asesor de paz del gobierno Pastrana, ex facilitador del gobierno de Uribe para un acuerdo humanitario.

lviveropaniza@hotmail.com

 

 

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