Utilizando un título para este artículo parecido al “slogan” de la campaña de nuestro Alcalde electo, Campo Elías Teherán Dix, queremos compartir con el amable lector algunas de las más agobiantes preocupaciones de los cartageneros, bajo la seguridad de que ya hacen parte del programa de gobierno del alcalde entrante.
Salen tres temas, que embisten como toros bravos al burladero de la plaza: proveer agua potable para todos los cartageneros; el agobio de los trancones diarios que padecemos los cartageneros; y por último la inseguridad al salir de nuestras casas, o aun dentro de ellas.
Por fuera del tintero se quedan temas que son íconos en otros lugares, tales como salud y educación. Pero es que el periodo del alcalde no es lo suficientemente largo como para arreglar todos nuestros problemas.
Hace más de 50 años que Cartagena no renueva sus redes de conducción de agua tratada, con consecuencias económicas para Acuacar y sociales para muchos suscriptores, quienes podrían gozar de un mejor servicio. Nuestra Planta de Tratamiento es insuficiente después del año 2014 para las necesidades crecientes de una ciudad turística y vacacional de primer orden. Se manejan dos alternativas para situar dicha Planta: los cerros de Albornoz, a los que excluye el POT vigente para este tipo de actividades y que además se encuentran invadidos por parte de mucha gente pobre en busca de un rancho donde vivir, y el cerro La Colina, con una Cota superior al primero y sin restricciones ambientales o sociales. Los asesores e interventores tendrán que dar su mejor recomendación para una decisión acertada.
La movilidad, que ya se está convirtiendo en “inmovilidad”, va íntimamente ligada a una deteriorada e insuficiente infraestructura, agravada por la interminable puesta en marcha del sistema de transporte rápido de Transcaribe. Pero además tenemos el problema de un creciente e incontrolado auge de motos en la ciudad, que sumado a un parque automotor de taxis individuales y colectivos, hacen a nuestras calles casi intransitables. Por último, la indisciplina de los buses que paran donde se les da la gana, cambian de ruta o recorrido cuando se les antoja y andan a la velocidad que quieran, sembrando el pánico entre peatones y motoristas.
Por último está la inseguridad, que ha vuelto normal para todos leer todos los días en la prensa noticias sobre asesinatos por riñas, venganzas, ajuste de cuentas entre traficantes de droga, etc. Lo anterior es agravado por bandas importadas de otras regiones, que se dedican al boleteo y la extorsión de comerciantes.
Este es parte del panorama que se le presenta al nuevo alcalde, y que deberá asumirlo rodeado de los mejores y los más honestos. En su contra encuentra un sistema laboral en el que el sistema de vinculación de empleados es mediante contratos a término fijo, lo cual no genera el compromiso necesario del funcionario con su superior directo. Tendrá una inmensa presión de quienes quieren convertir al Distrito en un botín para raponearlo. Sin embargo, quienes conocemos al Alcalde Campo sabemos que es un hombre muy bien intencionado, que llega al poder con una credencial amparada por la mayoría de los votantes cartageneros y nos responderá como esperamos en bien de la ciudad.
rperezmtz@hotmail.com
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