Columna


Historia olvidada

MIGUEL YANCES PEÑA

02 de enero de 2012 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

02 de enero de 2012 12:00 AM

Antes de la desregulación del sector, cuando el servicio de energía eléctrica era atendido por empresas industriales y comerciales del estado con jurisdicción departamental, pero tuteladas, en el caso de la Costa por Corelca, su mayor accionista, sucedían cosas muy raras.Primero el servicio era de pésima calidad: se presentaban “apagones” en departamentos completos durante largas horas y varias veces al año, que desestimulaban el turismo y la industria, y hacían penoso el diario transcurrir. La Costa estaba eléctricamente aislada del interior del país; la generación y la transmisión regional eran insuficientes para atender la demanda ante cualquier eventualidad, y la capacidad de transformación en los centros urbanos también era deficitaria lo que originaba serios problemas de sobrecarga y racionamientos escalonados en las horas picos.
Segundo las empresas vivían quebradas porque el precio de la energía que se le compraba a Corelca, y que esta -cuando se construyó la interconexión- adquiría a bajos precios del interior del país (energía hidráulica) y vendía cara, no podía ser pagada por las empresas departamentales porque el margen de comercialización era muy bajo (el gobierno fijaba la tarifa) y la cartera morosa (irrecuperable en gran medida) muy alta.
Las deudas con Corelca se capitalizaban periódicamente fortaleciendo la participación accionaria de esa empresa en las departamentales, que perdían autonomía. Como el criterio era político y no económico, se desarrollaba un departamento y su capital (Barranquilla) con desmedro de los restantes, y se configuraba un centralismo Costeño, también en el sector eléctrico.
Se presentó el apagón de 1992-93, y el sector salió fortalecido, con nuevas normas y políticas tendientes a permitir y estimular la participación del capital en las actividades de generación, transmisión, distribución y comercialización. Bajo ese nuevo esquema se vendieron algunos activos de generación, y se aumentó ostensiblemente la capacidad de generación en el país y en Cartagena, haciéndola autosuficiente.
ISA obligada a escindir su negocio de generación, salió fortalecida en el área de transmisión, y adquirió la red de 220 mil voltios en la Costa Caribe. Se reforzó la línea de interconexión con Sabanalarga, se amplió la capacidad de transformación, y se construyeron nuevas subestaciones y líneas eléctricas en todo el país, especialmente en la Costa Atlántica, en una contundente prueba de que el interés privado, cuando se estimula adecuadamente se puede hacer coincidir con el del país.
Si alguien salió ganando con todo este proceso fueron los demás departamentos; siendo el que más Bolívar y su capital Cartagena de Indias, que ya tiene la interconexión a 500 mil voltios con el interior del país, tan anhelada y necesaria para la relocalización industrial, a escasos 20 Kmts. ¿Recuerdas Adelina?
Hoy el país puede estar tranquilo porque el esquema ya fue probado en escenarios de baja hidrología y respondió con precios moderados y sin racionamientos. No obstante, a pesar de que el precio quedó indefectiblemente ligado a la disponibilidad del recurso energético, con dos años de alta hidrología y embalses botando agua por los vertederos, los precios se mantienen altos.

*Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

movilyances@gmail.com

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