Columna


Inflación a la vista

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

26 de agosto de 2012 12:00 AM

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

26 de agosto de 2012 12:00 AM

En 2008, el mundo vivió una crisis de oferta alimentaria. Factores de demanda como el incremento del consumo en India y China, o de oferta, por usar el maíz en biocombustibles, se culpaban. Los precios de alimentos y sus materias primas alcanzaron máximos en junio de 2008 y sólo la desaceleración económica los hizo ceder, por la caída en el consumo.
A pesar de sus fortalezas como potencial abastecedor mundial de alimentos, Colombia terminó 2008 con una inflación total de 7,7% y de alimentos por encima de 13,1%, pues no todo lo que se consumía en el mercado local se producía en el país y porque el alza en el precio de los alimentos incluyó mayores costos de producción.
Hoy el mundo enfrenta una posible crisis alimentaria, más por oferta que demanda. El Índice de Precios de Alimentos de la FAO nos alarma, influenciado por los pronósticos de caída en la producción de maíz en Estados Unidos del 13% y de soya del 12%. Solo en julio el precio de la tonelada de maíz en EE.UU. subió 10% y acumula un alza de 22% en lo corrido de 2012. Los casos de la soya o el trigo son aún más graves, con incrementos del 49% y 29%, respectivamente.
La sequía disminuye la producción de maíz y trigo en Estados Unidos y Rusia, consecuencia del cambio climático, que también ha impactado a Colombia, con especial fuerza desde 2009 y que ahora vuelve a enfrentarnos a otro Niño, que será crítico en noviembre y febrero próximos.
Con los precios internacionales de los cereales subiendo y un fenómeno del Niño en ciernes, es de esperar subidas en los alimentos para consumo animal y humano. No es casualidad que el precio promedio de la leche en polvo (Europa-Oceanía) se incrementara 7% en las últimas semanas, alcanzando US$3.400 la tonelada. A pesar del alza, los precios internacionales siguen siendo más competitivos que los locales. Según la Bolsa Mercantil una tonelada de leche en polvo entera se cotizó en julio a US$5.940.
Con estos precios internos, será difícil aprovechar los TLC vigentes, a menos que la nueva crisis alimentaria iguale las cotizaciones internacionales con las nacionales, suponiendo que no se incrementarán nuestros costos de producción. Es utópico, pues los concentrados empiezan a subir.
Seguirá la desaceleración de las exportaciones, como evidencia nuestra balanza comercial, que en junio fue deficitaria en US$191 millones. Las importaciones de bienes agropecuarios, alimentos y bebidas en el primer semestre del año subieron 7% -las de leche en polvo superaron las 16 mil toneladas- mientras que las exportaciones cayeron 13%.
El ajuste ministerial sirve para repensar al sector y enfrentar la coyuntura. De lo contrario, con unos TLC que nos inundan, con materias primas al alza y con un fenómeno de El Niño a la vista, en el segundo semestre de 2012 y primero de 2013 se podrían disparar la inflación de alimentos y el IPC total. El Banco de la República, dentro de su ortodoxia, no tendrá en cuenta si la inflación es de oferta o de demanda, sino que subirá las tasas, agravando la crisis por restricción adicional de la demanda. Aún estamos a tiempo. La palabra la tiene el Ministerio de Agricultura.

*Presidente Ejecutivo de Fedegán.

jflafaurie@yahoo.com
@jflafaurie

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