Una de las transformaciones importantes de la post-guerra fría y luego que el Consejo de Seguridad de la ONU dejó de ser un espacio más de controversia entre Este-Oeste, fue la emergencia del llamado ‘intervencionismo humanitario’, por medio del cual y guardadas las proporciones, se podía violar la soberanía de un país para proteger a la población civil. Efectivamente la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU en desarrollo de la tesis del derecho a proteger la población civil, autoriza a utilizar la fuerza aérea y terrestre para establecer y mantener una zona de exclusión aérea, aunque en las operaciones terrestres no permite la presencia permanente de tropas de ocupación.
¿Pero por qué se llegó a esta situación si en los casos de protestas en otros países árabes la situación fue diferente? Porque a diferencia de los casos de Egipto y Túnez donde hubo masivas protestas populares que pretendían derrocar a sus gobernantes de manera pacífica, en Libia, si bien la protesta inició similarmente, rápidamente devino en una virtual guerra civil por cuanto Muamar Gadafi utilizó de manera desproporcionada la fuerza militar para reprimir la protesta y los opositores rápidamente se armaron y buscaron desarrollar una guerra para desalojar al gobernante libio, incluso han creado un Consejo Nacional Transitorio. Efectivamente se trata de situaciones diferentes. Y son tan diferentes que la propia izquierda internacional, algunos de cuyos voceros reivindican al coronel libio, se halla dividida, como lo señala un respetado intelectual de izquierda, Immanuel Wallerstein, “Hay tanta hipocresía y tantos confusos análisis acerca de lo que está ocurriendo en Libia que apenas sabe uno por donde comenzar. El aspecto más pasado por alto en la situación es la profunda división de la izquierda mundial. Varios estados latinoamericanos de izquierda, siendo el más notable Venezuela, mantienen un apoyo pleno al coronel Gadafi. Pero los voceros de la izquierda mundial en Medio Oriente, Asia, África, Europa, y Norteamérica, decididamente no están de acuerdo.”
Pero no sólo es el campo de la izquierda, también en el campo de las fuerzas aliadas que lideran la operación "Amanecer de la Odisea", por el momento muestran problemas en la unidad de mando, como lo han venido reconociendo dirigentes de varios países, adicionalmente USA no quiere liderarla, quiere jugar un rol de apoyo y no se ha definido quien pagara la financiación; todo indica que son los intereses europeos los que estarían más directamente comprometidos en la crisis Libia que los norteamericanos. Adicionalmente no es claro qué va a pasar una vez se controle el espacio aéreo; a continuación y si como se espera se produce la salida del actual gobernante, ¿quién lo va a remplazar? El fantasma de Afganistán y de Irak gravita en muchos de los analistas y estrategas internacionales.
Todo muestra que es más fácil tomar la decisión política de proteger que planificar una intervención militar, darle legitimidad internacional y ejecutarla con mando unificado para tratar de garantizar su éxito.
*Profesor Universidad Nacional
vargasvelasquezalejo@gmail.com
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