Culminada la Semana Santa no pude encontrar en la bibliografía constitucional nacional que la invocación a Dios, que en la Constitución Política se hace desde su principio, haya sido cuestionada por la Corte Constitucional y eso es obvio porque la Constitución es la que manda. Jamás imaginé que por invocar la Palabra de Dios en Decretos mediante los cuales se logró que El Carmen de Bolívar tuviese su propio Banco de Maquinaria y dispusiera todo cuanto fuera posible para superar los fenómenos climáticos de El Niño y La Niña, para que sus pobladores dejásemos de vivir como animales no domesticados estando en pleno siglo XXI, el resultado sería el “castigo”, una inhabilidad por diez años.
No ha leído mal, 10 años, por invocar a Dios, por señalar en esos Decretos como en la Biblia, la Palabra de Dios. Desde el principio del Orden se enseñaba a la familia, a los gobiernos, a gobernantes y gobernados, que la higiene es necesaria para no vivir como animales no domesticados sino como hijos de Dios. Y la misma Biblia nos enseña el comportamiento de animales no domesticados que tienen su propia y ejemplar organización higiénica, sus jerarquías, etc.
Aún negándoseme el derecho a conocer el proceso con el que me destituyen y también a mi defensor, la Procuraduría no tuvo cómo demostrar que yo me había robado un solo centavo, como tampoco pudo demostrar que la Contraloría General de la República había encontrado daño alguno de mi parte, porque la Contraloría encontró que todo lo hice legalmente.
El reproche para sacarme como sea de la Alcaldía de El Carmen de Bolívar por la Procuraduría es que yo no tenía argumentos para expedir decretos de Urgencia Manifiesta y que de nada valía la putrefacción de basureros, caños, falta total del servicio de aseo domiciliario permanente, que la gente tomara agua con porquería, que las vías solo sirvieran para atollar animales cansados. La Procuraduría dice que los carmeros sin goce de sus derechos son cosa normal y que sigamos tomando agua puerca, sin alcantarillado y eso nos lo tenemos que aguantar porque es hábitat natural y viejo de los carmeros…; y por lo tanto yo no tenía por qué invocar a Dios ni su Palabra, la Biblia, para actuar como alcalde. En otras palabras, que yo no buscara milagros.
Ese ha sido mi pecado, me ha “excomulgado” la Procuraduría por invocar a Dios, y ni pensar que ahora tenga que decir que soy ateo porque sería como cambiar los decretos de Urgencia Manifiesta por otros que digan que la gente en El Carmen de Bolívar vive en El Paraíso y que ahora el que tiene derecho a repartir las hostias es El Diablo.
Y si no, que le pregunten en el Cielo a Escalona, que está en una Hamaca Grande cantando “que se pongan del cura pa’ bajo a requisá” porque la Biblia es material subversivo, porque ¡ahora el Papa es Chávez! Y si Galo hubiese saludado a Chávez, el Santo padre estaría mandando a la Policía a recoger pruebas en Macayepos porque del Golfo viene una carga de contrabando.
Y la Contraloría se prestó para todos esos delitos, ocultando la verdad que estaba metida en el confesonario del senado romano.
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