Columna


Javier Cáceres Leal

RODOLFO DE LA VEGA

25 de septiembre de 2010 12:00 AM

RODOLFO DE LA VEGA

25 de septiembre de 2010 12:00 AM

El 29 de agosto del presente año apareció en esta columna un artículo titulado “Tres puntales de Cartagena”. Anoté ahí con gran satisfacción la presencia de tres cartageneros en posiciones destacadas del poder público: Francisco Javier Ricaurte, en la Corte Suprema de Justicia; Rafael Ostau de Lafont, en el Consejo de Estado; y Javier Cáceres Leal, en la Presidencia del Congreso. A través de la historia política del país otros ilustres cartageneros ocuparon la presidencia del Senado, pero quise hacer hincapié en el extraordinario esfuerzo que representó para Cáceres llegar a la cúspide de la rama legislativa. Entonces recordé cómo había conocido a Javier Cáceres, desempeñándose con éxito como guía turístico en momentos en que yo trabajaba para agencias marítimas receptoras de buques de crucero. En varias ocasiones asistimos a reuniones, donde siempre se destacó como líder de la Asociación de Guías. Se dedicó Javier a esa ocupación por seguir los pasos de su padre. Pero su temperamento luchador lo empujaba a otros escenarios donde pudiera servir mejor a la comunidad. A no dudarlo, el panorama propicio era la política, la política de partidos, pero sin claudicar a sus propios principios, siempre en busca del bienestar general. A todas éstas, Cáceres no contaba con un diploma universitario, circunstancia que suplió con su instinto, inteligencia y memoria prodigiosa. Hizo tránsito por la Asamblea Departamental y, muy especialmente por el Concejo Distrital, donde fue un defensor brillante de los intereses de Cartagena. Ya todos estábamos habituados a ver la figura de Cáceres Leal en el Concejo, donde combatió lo que había de combatirse y apoyó lo que era justo apoyar. Todos nos sorprendimos cuando se supo que Javier Cáceres aspiraba a ser elegido senador de la República. Pues allá llegó de manera limpia y democrática. Curiosamente, los valerosos debates que protagonizó fueron la propaganda para su reelección; cosechó más votos por fuera de Cartagena y de Bolívar. En 2009 había que escoger un nuevo Presidente del Senado. Veteranos senadores del interior aspiraban a la distinguida posición. Ya se hablaba de convenios entre los partidos que rodeaban al Gobierno y se barajaban nombres. Pero, para sorpresa de muchos y satisfacción de algunos, el escogido fue Javier Cáceres Leal. Durante su permanencia en la Presidencia del Senado y por ende del Congreso, manejó la dirección de la institución con absoluto dominio y corrección, hasta fecha reciente en la que fue elegido Armando Benedetti, otro hijo de la Región Caribe. Declaraciones del ex paramilitar Úber Enrique Banquez, alias Juancho Dique, comprometen al senador Cáceres en trato con los grupos de autodefensas. La sala penal de la Corte Suprema emitió orden de captura en contra de Cáceres Leal. En cumplimiento de esa orden, Javier Cáceres se encuentra detenido a esperas de la investigación que se inicia. En Cartagena, numerosos vecinos y familiares residentes en el barrio popular “San Francisco” iniciaron una cadena de oración en beneficio de Javier. Yo quiero unirme a ese clamor para pedir que brille la verdad y que, en consecuencia, se haga justicia. *Asesor Portuario fhurtado@sprc.com.co

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