Es un concepto que ha sido asociado exclusivamente con la Rama Judicial, pero es ese, apenas, uno de sus significados.En efecto, el término justicia viene del latín iustitia, que tiene las siguientes acepciones: “Una de las cuatro virtudes cardinales que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece, derecho, razón equidad, conjunto de todas las virtudes, atributo de Dios”.
Lo que significa que es valor, que compromete a todas las instituciones del Estado, a la familia, al individuo y a toda la sociedad.
Ser justos es virtud, “modo de pensar y sentir que se mantiene en el justo medio,” dijo Aristóteles. Por tanto es modelo de prudencia, ponderación y mesura, don divino, que, por perseguir el bien, es soporte de la equidad, de la paz, respeto por lo humano y generadora de convivencia.
Ser justos es cualidad maravillosa, disposición interior impregnada de los dones divinos, eje vital para la construcción del bienestar y la felicidad humana, “que implica que la vida buena para el hombre, es una vida en la que se atiendan las necesidades materiales y espirituales“: Platón.
Justicia es justicia social, es equidad social, es redistribución del ingreso y la riqueza, es salario digno, estabilidad laboral, manejo transparente de los recursos públicos y democracia auténtica.
Justicia es el gobierno de los mejores, virtudes que deben estar representadas en las personas que están en el Estado y que por tanto, estos, en sus actuaciones, deben tener la más alta consideración y respeto por la humanidad, el medio ambiente y el bien común.
Justicia es el otorgamiento de oportunidades para el desarrollo de todos los seres humanos, que permita garantizar el acceso a una educación integral en todos los niveles, que privilegie el conocimiento básico de las ciencias epistemológicas, políticas, económicas y sociológicas, entre otras, y que promueva y establezca el respeto absoluto por la vida y la dignidad humana.
Justicia es un valor que, convertido en compromiso, cultura y costumbre, sería clave para salir de la actual crisis deshumanizante que sustituya el predominio absoluto y sin límites del tener por el ser ético.
Lograr la justicia es un proceso complejo, difícil, porque se enfrenta a los intereses políticos y económicos de quienes desean mantener el actual estado inequitativo de cosas, siendo, ellos sus estructurales enemigos. Aun así, conquistarla es posible.
Ser justos, actuar en justicia, desde cualquier escenario y espacio se constituye en un imperativo moral, en un compromiso de vida, necesario, e imprescindible para evitar que sigamos colapsando.
Por ello, para lograr la justicia es menester tener “una forma de ser, una disposición interna, un intenso estar listo para actuar con la capacidad para resistir la tentación de comprometer la esperanza porque cuando la esperanza fenece, la vida termina”: Erich Fromm.
* Profesor universitario .Alcidesarrieta77@yahoo.es
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