Columna


Justicia ensañada

MIGUEL YANCES PEÑA

24 de julio de 2011 12:00 AM

MIGUEL YANCES PEÑA

24 de julio de 2011 12:00 AM

Andrés Felipe Arias, el joven exministro de Agricultura del anterior gobierno, fue sancionado por la Procuraduría con una in-habilidad de 16 años para ocupar cargos públicos, al ser hallado responsable de cuatro cargos en el programa de Agro Ingreso Seguro (AIS). Un programa que otorga subsidios para el desarrollo de infraestructura rural (diques y regadíos que el Gobierno no estaba en capacidad de construir) que permitirían un mejor aprovechamiento de la tierra al mejorar los ciclos de cultivo y la competitividad agraria del país ad portas de los TLC firmados en el periodo anterior.
Los cargos fueron: celebrar convenios especiales de cooperación científica con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) prescindiendo del proceso licitatorio, aunque hay quienes afirman que esa es un práctica muy común en ese tipo de contratos; intervenir en la celebración de contratos especiales de cooperación científica y tecnológica con omisión de estudios previos (lo mismo); la aprobación de los términos de referencia de las convocatorias públicas de riego y drenaje sin que estos contaran con factores de evaluación precisos y claros; y exceder los topes de administración en 7 mil millones de pesos.
A esa sanción –en la práctica inapelable- le sucede (como re-forzándola) la imputación de cargos de la fiscal general, Viviane Morales, ante un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, por las irregularidades en el diseño y en la ejecución del programa AIS (celebración de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales y peculado por apropiación a favor de terceros). En un afán de protagonismo, la Fiscalía, solicitó medida de aseguramiento.
Este parece otro episodio más de la justicia contra el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, y contra –digo yo- la hegemonía antioqueña (la clase política “rola” nunca aceptó un gobierno de paisas) en el pasado reciente.
Honestamente creo que la trampa en AIS corrió por parte de los particulares y quizás, de uno que otro mando medio, que ostentan más poder que el que usualmente se les reconoce, combinado con un exceso de confianza, y un poco de ingenuidad del ex ministro: llegó muy joven al Ministerio, y ambicionó la presidencia (otro paisa que había que frenar antes de que se creciera), esos sí, dos “delitos” imperdonables en la política nacional.
Así son las cosas. Para evitar problemas lo mejor era pasar agachado; dedicarse a lo rutinario, lo que no moleste a nadie (golpear al caído, por ejemplo); o a lo que se ha vuelto moda en los cargos más encopetados de la nación: aparecer con frecuencia en los medios masivos de comunicación. Eso hace la gente “inteligente”. Es mejor convertirse en un simple vocero de la institución y no en un ejecutor, o reformador, porque puede perder su tiempo, o terminar inhabilitado o en la cárcel.
Por eso es que nada cambia. Porque los políticos son “inteligentes” y evitan pisar cayos. Sin embargo de vez en cuando aparecen hombres “brutos” que quieren mejorar las cosas: se arriesgan, enfrentan el status quo y logran dar un paso cualitativo que deja –imposible evitarlo- damnificados, y enemigos, que no perderán oportunidad de vengarse.

 

*Ing. Electrónico, MBA, pensionado Electricaribe

 

movilyances@msn.com

 

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