Algunos años antes de la disolución de la Empresa Puertos de Colombia “Colpuertos” por medio de la Ley 1era. de 1991, en la administración del Terminal Marítimo de Cartagena se suscitaban algunos desordenes administrativos que, lógicamente, preocupaban al gerente de turno.
Prestaban entonces sus servicios a dicha empresa el economista y profesor universitario Gustavo Pio Mayo y el abogado y también profesor universitario, Roberto Gamboa Rentería; ambos orgullosos de su origen afro.
Pues ocurre que yo, como servidor de Colpuertos y más adelante como pensionado, pude observar que el Gerente del momento cada vez que se presentaba una situación difícil, recurría bien a Pio Mayo, como a Gamboa, con el fin de poner orden donde quiera que se presentara el desajuste. Tanto el uno como el otro demostraban ser merecedores de la confianza que se les brindaba y corregían lo que venía marchando torcido. Como diría Cervantes, Gamboa y Mayo, eran los “desfacedores de entuertos”. Las anomalías corregidas podían ser por un errado trámite administrativo, o por la falta del oportuno y debido control. Pio Mayo, con sus sesudos conocimientos en economía y administración de empresa, enderezaba lo que venía torcido.
Por otra parte en algunas ocasiones se presentaban inconvenientes como resultado de una errada aplicación de las disposiciones legales, o en una equivocada interpretación de la Convención Colectiva de Trabajo vigente en el momento. Roberto Gamboa era el indicado para dar luz donde antes reinaba la oscuridad. Nadie mejor que Gamboa para bien interpretar lo que estaba pactado y para dar aplicación al contenido del Código Sustantivo del Trabajo.
Todos nos percatábamos de la confianza que les brindaba el jefe y de la respuesta eficaz de los “desfacedores de entuertos”.
Estaba disfrutando de mi pensión de jubilación, pero en permanente contacto con las cosas del Terminal porque atendía por delegación de “Pilotos Ltda.” la parte administrativa de dicha compañía, cuyos socios, todos de Bocachica, seguían asesorando la conducción de los buques por el canal de acceso y atracándolos en los muelles de Manga. Por eso me enteraba de la labor de Gamboa y de Pio Mayo. Con la mejor intención de reconocer méritos y estimularlos en su notable labor, hice un dibujo en el que diseñé un pórtico con un frontis de remate triangular. En el tímpano del frontis escribí la palabra COLPUERTOS. El frontis del pórtico descansaba sobre dos columnas de color oscuro. Eran dos columnas de ébano, esa madera negra de altísima calidad y de precio elevado.
Debajo del dibujo escribí un breve comentario en el que puse de presente las continuas fallas que se presentaban en el Puerto y la brillante y eficaz labor de los dos funcionarios a quienes di el título de columnas de ébano.
Ahora el nuevo alcalde de Cartagena, Don Campo Elías Terán Dix, desde el estadio 11 de noviembre ha tenido el acierto de nombrar a Gustavo Mayo como Secretario de Hacienda. Lo felicito, celebro su decisión. Estoy seguro de que, como en Colpuertos, Pio Mayo botará la pelota por lo más profundo del jardín central.
*Asesor Portuario
fhurtado@sprc.com.co
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