Columna


La Constitución de 1991

JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO

04 de julio de 2011 12:00 AM

JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO

04 de julio de 2011 12:00 AM

El próximo 4 de julio se cumplen 20 años desde el día en que culminaron los trabajos de la Asamblea Nacional Constituyente, que sesionó a partir del 4 de febrero de 1991.
La promulgación de la nueva Carta Política y su entrada en vigencia se produjeron realmente hasta el 7 de julio, cuando apareció el primer texto íntegro en la Gaceta Constitucional, el órgano oficial de la Asamblea. Así lo entendió la Corte Constitucional desde sus primeras sentencias, ya que el artículo 380 de la Constitución dispuso que rigiera “a partir de su promulgación”.
Pero no puede afirmarse, como leímos en alguna parte, que el Estado colombiano haya estado sin Constitución entre el 4 y el 7 de julio de 1991. Sencillamente, siguió rigiendo la de 1886, con sus reformas, hasta el día en que se promulgó el nuevo Estatuto Fundamental, que de manera expresa derogó el ordenamiento precedente.
Lo que sí es verdad es que el texto publicado el 7 de julio en el número 114 de la Gaceta presentaba numerosos errores -normas que no habían sido aprobadas, omisión de las que lo habían sido, textos incompletos-, como lo certificó en su momento el Secretario de la Constituyente, doctor Jacobo Pérez Escobar. A la primera publicación siguieron otras dos (números 116 del 20 de julio y 125 del 6 de septiembre) y, cuando ya el Secretario estimó que el texto reflejaba fielmente lo ocurrido, se publicó por la Presidencia de la República el texto definitivo en diciembre de 1991, con base en dichas fuentes.
Nuestra Constitución nació, entonces, con fe de erratas, que es frecuente en los libros, pero no en las constituciones.
Sin embargo, pese a sus vacíos y contradicciones, y aunque se le han introducido 35 reformas en estos 20 años, es la Constitución de Colombia, democrática, participativa y pluralista, cuya estructura básica subsiste, aunque muy difícilmente podrá sostenerse si, como lo decíamos en anterior columna, sigue la catarata de reformas inconexas y mal proyectadas.
Lo cierto es que este vigésimo aniversario de la Constitución -que el Gobierno y el Congreso celebran con seis nuevos actos modificatorios ya aprobados y con más anuncios sobre reformas parciales- debemos tomarlo los demócratas como una demostración de que los delegatarios, aunque se equivocaron en varios puntos, plasmaron una buena Carta de navegación para la Colombia del siglo XXI.

* Expresidente de la Corte Constitucional

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