Columna


La doble puerta giratoria

MAURICIO CABRERA GALVIS

24 de julio de 2011 12:00 AM

MAURICIO CABRERA GALVIS

24 de julio de 2011 12:00 AM

Hace poco el ministro Vargas Lleras criticó la puerta giratoria usada por varios altos ex funcionarios de Uribe que, sin romperse ni mancharse, pasaron de altos cargos del Estado a ser directivos de empresas privadas favorecidas por decisiones del Gobierno anterior, en particular en la minería, según la lista de nombres de Daniel Samper en su columna.
Tan grave y corrupta le parece a este Gobierno esta práctica de funcionarios de su antecesor, que en el Estatuto Anticorrupción prohibió a ex empleados públicos contratar con el Estado o gestionar intereses privados ante la entidad donde trabajaron, hasta dos años después de dejar el cargo.
La denuncia por falta de ética a sus amigos no le gustó al ex presidente, quien contestó atacando a quien los acuse. Se vino con todo contra Vargas Lleras y hasta lo acusó de nexos paramilitares. Uribe sigue a la letra el viejo proverbio chino: “cuando el dedo señala la luna, el necio se pone a mirar el dedo.”
Esa puerta giratoria no es la única ni la mayor preocupación del ex mandatario. Es mucho más grave la otra puerta que pasan algunos ex funcionarios de su círculo íntimo, que desde 2010 le sacó en cara Pastrana al decir: “mientras mis más cercanos asesores son llamados al nuevo gobierno, los asesores más cercanos de Uribe están siendo llamados a indagatoria”. Es la puerta giratoria entre altos cargos en el gobierno y procesos en la Procuraduría o, peor aún, en la Fiscalía.
Sabas Pretelt, Bernardo Moreno, Jorge Noguera o María del Pilar Hurtado son algunos ex funcionarios que pasaron por esta puerta y han sido condenados por casos como la Yidis-política y la compra de la reelección, las chuzaDAS, o las relaciones con paramilitares. Muchos más esperan sentencias por los mismos casos y tantos otros escándalos de corrupción del gobierno de Uribe (la Dirección de Estupefacientes, las concesiones viales, el sector salud, la DIAN, etc.), porque como dijo Santos: donde se toque sale pus.
El caso de “Uribito” es el más reciente. Se le trabó la puerta giratoria a cargos públicos durante 16 años por la sanción de la Procuraduría, y enfrenta la cárcel si es encontrado culpable de los cargos imputados por la Fiscalía. Según un columnista converso, esto es parte de una conjura contra Uribe de las izquierdas en las que él militó en sus años mozos, algo difícil de creer pues fue el mismo Procurador –no propiamente de izquierda- quien se declaró “estupefacto, horrorizado y desconcertado”, por “Uribito”.
Aunque son distintas, las dos puertas giratorias tienen un elemento común: creer que el Estado se puede usar para defender y promover intereses particulares, olvidando que su misión es defender el interés público y que el objetivo de las políticas públicas debe ser garantizar el bienestar de la población.
La Fiscal acusó al exministro Arias de usar AIS para promover su campaña presidencial en 2010; Uribe puso a sus ministros a ofrecer notarías y otras prebendas del Estado para comprar su reelección; el DAS sirvió a grupos ilegales y para desprestigiar adversarios políticos.
Corrupción es poner al Estado al servicio de intereses particulares. Para combatirla hay que clausurar la primera puerta giratoria y activar la segunda para castigar a los culpables.

macabrera99@hotmail.com
 

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