Columna


La educación en veremos

EDUARDO DURÁN GÓMEZ

30 de julio de 2012 12:00 AM

EDUARDO DURÁN GÓMEZ

30 de julio de 2012 12:00 AM

Pasa el tiempo y a ciencia cierta no vemos la tan anhelada revolución educativa, que con tanto ruido se ha anunciado desde hace ya varios años y que surge como una necesidad urgente para poder estar en condiciones de alcanzar altos niveles de desarrollo.
La reforma propuesta al inicio del Gobierno, no dio el fruto esperado y hasta ahora no vemos un sustituto normativo que nos vislumbre una transformación en el futuro inmediato del sector.
Sabemos que el país está percibiendo ingresos muy apreciables derivados de los recursos petroleros y en general del comportamiento de todo el sector minero, y que los analistas siempre han dicho que el fortalecimiento de la educación debe ser un imperativo, como la inversión más perdurable y rentable que se pueda hacer, tal como lo han demostrado todas las economías con altos desempeños.
Mientras tanto vale la pena destacar hechos aislados en algunas regiones, en donde mandatarios inteligentes han apuntado con decisión a este objetivo y han destinado sumas verdaderamente apreciables de su presupuesto para alcanzar transformaciones realmente apreciables.
Tal es el caso de Barranquilla, en donde el anterior alcalde, Alejandro Char, y la actual, Elsa Noguera, incrementaron los recursos destinados al sector educativo hasta alcanzar un 25% del presupuesto total del municipio y han hecho cosas realmente destacables como estas que a continuación enunciamos:
Han construido 86 colegios con todas los servicios modernos para su funcionamiento, incluidos tableros electrónicos y aire acondicionado; se dispuso la asistencia nutricional a todos los alumnos con refrigerios de alto poder nutritivo; se han implementado cuatro ciclos anuales de capacitación para los maestros y se han destinado a muchos de ellos a estudios de Maestría y se han incorporado a la asimilación del idioma inglés, para que el bilingüismo sea un imperativo en todos los alumnos; se han adquirido contenidos tecnológicos hasta llegar a ser la primera ciudad del país en esta materia.
Y como si fuera poco, pronto estarán los colegios de Barranquilla sometidos a mediciones internacionales, para que los estudiantes cumplan con los estándares de capacitación que los hagan competitivos en cualquier parte del mundo. A todo esto se suma el proyecto de convertir las aulas escolares en universidades nocturnas, que llegarán a todos los barrios de la ciudad, en donde se impartirá una formación tecnológica que de la mano con los empresarios, entre a apalancar todo el aparato productivo de la región y se convierta en un atractivo real para los inversionistas, quienes encontrarán disponible la mano de obra calificada para el desarrollo de todos sus proyectos.
Esto es lo que se puede denominar una inversión con rentabilidad social que abrirá las puertas para las grandes transformaciones de la ciudad, pues el elemento de alta calificación estará presente para cumplir este objetivo fundamental.
Qué bueno sería que mientras el Gobierno Nacional se decide a implantar por fin su proyecto de reforma educativa, los alcaldes del país miraran este vivo y significativo ejemplo de inversión que ha emprendido en buena hora Barranquilla y que sin duda significará la transformación total de la ciudad y de sus gentes en el mediano plazo.

eduardodurangomez@yahoo.com

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