Columna


La izquierda en las mismas

FRANCISCO SANTOS CALDERÓN

18 de agosto de 2012 12:00 AM

FRANCISCO SANTOS CALDERÓN

18 de agosto de 2012 12:00 AM

Hace ya muchas décadas y de manera profética el ex presidente Alberto Lleras Camargo decía que lo peor que le había pasado a la izquierda democrática en América Latina era el triunfo de la revolución cubana. Tenía y tiene toda la razón. El debate sobre la expulsión o sanción al Partido Comunista Colombiano (PCC) por su apoyo a la Marcha Patriótica muestra con claridad la relevancia hoy de lo dicho por Lleras hace más de 40 años.
Con el triunfo de los hermanos Castro, y en muchos casos su apoyo, la izquierda del continente se enganchó en aventuras militares que desde México hasta Argentina dejó lo mejor de la intelectualidad universitaria muerta. Y de paso durante décadas marginalizó a la izquierda democrática. Solo cuando las dictaduras derrotaron a la izquierda armada o se firmaron acuerdos de paz como en El Salvador pudo la izquierda salir del closet y obtener triunfos políticos democráticos como el de Lula en Brasil, Lagos en Chile o Funes en El Salvador.
El coco de la lucha armada había muerto y se abrieron las compuertas que produjeron inmensos cambios, no todos buenos como lo certifican los Kirchner en Argentina o Chávez en Venezuela, en el panorama político continental.
¿La excepción? Colombia. Qué tristeza y la razón es una sola: la combinación de las formas de lucha que impuso el PCC tanto a las Farc, su brazo armado durante décadas, como a las organizaciones sociales afines a esa lucha político-militar. De ahí sale la definición de conflicto social y armado que usan las Farc y sus organizaciones de fachada como las que tienen infiltrada la marcha patriótica.
Me sorprendí inmensamente cuando el Polo sancionó al PCC. Es la primera vez que se sanciona la combinación de las formas de lucha. Y nada más ni nada menos que de la misma izquierda se mandaba ese mensaje tan importante para la democracia colombiana. Las Cortes se han hecho las de la vista gorda con la combinación de las formas de lucha. Y con excepción del Moir y su líder Francisco Mosquera, todos los partidos han operado en aguas tibias respecto de este tema.
Pero la ilusión duró poco. Los sectores más reaccionarios de la izquierda y más comprometidos con esa mirada de nuestra democracia y nuestra sociedad en la que la lucha armada es aceptable lograron revertir la sanción. Perdió la democracia, perdió el Polo y ganaron las Farc. Así de simple es la cosa.
Tantos muertos que deja esa perversión de la política armada y que podrían ser reivindicados. Las víctimas de la UP entre otras. Pero no, un sector recalcitrante de la izquierda prefiere cerrar la ventana a ese aire fresco que da la transparencia. Ese sector que quiere que la izquierda siga con una agenda cooptada por las Farc. Y que no le sirve una izquierda exitosa desligada del proyecto político armado.
En las aguas tenebrosas de la combinación de las formas de lucha prefieren el Partido Comunista, la Marcha Patriótica y las Farc que navegue la política de la izquierda. Eso es lo grave de la decisión del Polo.
Pero más grave aún es que al resto de la sociedad parece importarle poco.

fsantos@rcnradio.com.co

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