Columna


La metáfora de la mandarina

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

27 de septiembre de 2011 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

27 de septiembre de 2011 12:00 AM

Como  posible tesis de grado de  la  Maestría en Lingüística que cursé hace pocos años en la Universidad Nacional de Colombia, comencé una investigación sobre el uso de la metáfora cotidiana en los medios masivos de comunicación. Se trataba de explorar la incidencia de tal recurso retórico en la emisión y recepción de información en sectores populares.
Elegí entonces como objeto de estudio el noticiero popular de RCN Cartagena, que dirigía Campo Elías Terán, para lo cual seguí sus emisiones matinales y meridianas en detalle, con muchas horas de grabación y análisis, conversé con él, con muchos de sus oyentes, colegas, críticos, y seguidores de su estilo.
Conocí entonces desde una perspectiva  profesional los alcances lingüísticos de la “mandarina” y los “mandarinosquis”, “la polocha”,  de “Ban ban Zamorano” y de “ternera Hilton”, entre otras tantas creaciones del singular periodista radial. Comprendí también, que este cambio léxico-semántico que impulsaba de manera espontanea a través de los micrófonos, estaba arraigado en él y frecuentemente decía una cosa cuando en realidad quería decir otra.
Por eso cuando me enteré de su decisión de no asistir la semana pasada al gran debate con los candidatos a la Alcaldía de Cartagena, argumentando  “falta de garantías” sólo se me ocurrió que era otra construcción metafórica para referirse a una causa diferente que motivaba su ausencia en tan crucial compromiso.
Pero a diferencia de las metáforas, símiles y metonimias que enriquecían su estilo popular en la radio, en esta oportunidad Campo Elías intentó justificar tal argumento, para lo cual acudió a alguno de sus asesores cercanos, que probablemente carece de su misma ingenuidad y espontaneidad. Sin proponérselo terminó entonces acusando y condenando a dos de sus colegas, a quienes siempre les había reconocido su profesionalismo, independencia y amistad (me incluyo) y atropelló la institucionalidad que encarna la Comisión de Debates Políticos de Bolívar.
La metáfora popular que usualmente enriquece su lenguaje, resultó en esta oportunidad desafortunada, porque los alcances de la “falta de garantías”,  pusieron también en entredicho la seriedad, neutralidad o imparcialidad de medios como El Universal, RCN, a quien Campo Elías debe su crecimiento profesional y su amplia popularidad, y del Canal Cartagena, uno de cuyos socios es Óscar Brieva, gerente de su propia campaña, sin contar el agravio implícito contra su hasta hace poco jefe y amigo Juan Gossaín, a quien el país entero respeta y aprecia, y que por su condición de moderador era el encargado de garantizar la imparcialidad  del debate.
En esta interpretación metafórica de las “garantías” el candidato puntero en las encuetas parecería advertir que la amistad sucumbe ante en la contienda electoral, que la institucionalidad estorba para el alcance de algunos intereses, que el reconocimiento a valores y principios le es efímero y que si las circunstancias lo exigen, hay que “patear la cuna”.
Tengo muchas más coincidencias que diferencias con Campo Elías, a quien nunca he “atacado” de manera directa o indirecta, no tengo razones personales para hacerlo, pero me asaltan dudas sobre si sus recientes invenciones de frases y palabras sean tan originales. Me agrada mucho más el candor, la ingenuidad y la pureza desapasionada que representaba la creación de otras metáforas, como la de la mandarina.

*Trabajador Social y Periodista, docente universitario, asesor en comunicaciones.

germandaniloh@hotmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS