Columna


La protesta de los súper ricos

MAURICIO CABRERA GALVIS

28 de agosto de 2011 12:00 AM

MAURICIO CABRERA GALVIS

28 de agosto de 2011 12:00 AM

Primero fue Warren Buffet, el inversionista que se disputa con Bill Gates y Carlos Slim el primer puesto en la lista de los hombres más ricos del mundo. En una columna en el New York Times le pidió al Congreso norteamericano que deje de mimar a los súper ricos con gabelas y exenciones tributarias, que les han permitido pagar mucho menos impuestos que los trabajadores y la clase media.
Buffet cita su propio caso: el año pasado pagó 7 millones de dólares en impuestos, que es una suma enorme de dinero, pero es apenas 17% de sus ingresos, mientras que la carga impositiva de los demás empleados de su oficina fue el 36%. Dice además que en los años setenta, él mismo pagaba hasta el 40% de sus ganancias de capital.
También critica la generosidad de los legisladores gringos con sus amigos multimillonarios: en 1992 el ingreso promedio de las 400 personas más ricas de los Estados Unidos fue de 40,2 millones de dólares cada una, y pagaron 30% de impuestos; para 2008 sus ingresos se quintuplicaron hasta un promedio de 227 millones de dólares, pero su tasa impositiva se redujo a 21%. Lo más grave, señala Buffet, es que este regalo a los millonarios no estimuló la creación de empleos.
En Europa también se cuecen habas. 16 multimillonarios de Francia publicaron una carta en Le Nouvel Observateur pidiendo un impuesto extraordinario a los más ricos. El Gobierno respondió rápido y creó un impuesto adicional del 3% para quienes ganen más de 500,000 euros al año, para que los ricos también ayuden a reducir el déficit fiscal. En España no ha habido petición de sus súper ricos, pero el Gobierno aumentará la presión fiscal a las grandes fortunas, según la Ministra de Economía hispana.
En ambos lados del Atlántico los motivos para estas insólitas peticiones son similares: en una gran crisis financiera y fiscal, que lleva a recortes drásticos en los gastos del gobierno, esos súper ricos quieren ser solidarios y contribuir al esfuerzo. “Es hora de que el gobierno sea serio acerca del sacrificio compartido” dice Buffet. “Cuando la deuda pública y los déficits están amenazando el futuro de Francia y de Europa, y el gobierno pide a todos que muestren solidaridad, nosotros sentimos que debemos contribuir”, dicen los franceses.
Subir impuestos a los que más tienen no es postura comunista para destruir el libre mercado, como dice la extrema derecha del Partido Republicano. Por el contrario, estas peticiones podrían verse como un intento de evitar el colapso del sistema capitalista y apaciguar la gran presión social que explota en varios países desarrollados por la brecha creciente entre ricos y pobres, y porque los programas de ajuste en esos países han afectado sobre todo a los más necesitados.
Cualquiera que sea el motivo, temor a una explosión social o deseo sincero de solidaridad, lo cierto es que hasta los multimillonarios se están dando cuenta de que ya no es sostenible el modelo de capitalismo salvaje que empezaron Reagan y la Thatcher en los años ochenta, y que hoy predomina en todo el mundo occidental.
En Colombia ese modelo se llamó “confianza inversionista”, pero ese huevito también se quebró.

macabrera99@hotmail.com

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