Con ocasión del bicentenario de la declaración de la independencia absoluta de Cartagena, la Alcaldesa de la ciudad, Judith Pinedo Flóres, hizo invitación pública a lanzar una mirada crítica a la historiografía tradicional con miras a aportar nuevos enfoques para enriquecer nuestra memoria histórica.
Y en el mismo sentido, desde el Buzón de El Universal, el médico Pedro Torres Covo, reclamó el desconocimiento sistemático por parte de algunos historiadores del papel protagónico -cuando no se les descalifica con adjetivos como demagogos y bribones- de los hermanos Piñeres, y muy especialmente Gabriel, en los acontecimientos del 11 de noviembre de 1811.
Reclamo idéntico se ha hecho en relación con el papel cumplido en el proceso independentista por las masas populares compuesta por pardos, mulatos, zambos y negros, y de líderes como Pedro Romero y El Tuerto Muñoz, a quienes se ha pretendido ver sólo como instrumentos ciegos de la dirigencia criolla.
Pero ocurre que desde mediados de la década de los ochenta se inició un proceso de revisión por parte de historiadores que se apartaron de los conceptos de la historiografía tradicional.
Tal el caso de Adelaida Sourdis, quien, con su obra sobre la Primera República 1810-1815, inaugura una manera distinta de mirar nuestra historia en cuanto reconoce la declaración de independencia absoluta de Mompós el 6 de agosto de 1810 (la cual la historiografía tradicional reduce sólo a una declaración de independencia de la Provincia de Cartagena), la participación decisiva de las masas populares en el proceso independentista, así como el papel protagónico de líderes como los hermanos Piñeres, con Gabriel a la cabeza, Pedro Romero e Ignacio Muñoz Jaraba.
Luego, historiadores como Alfonso Múnera Cavadía, quien denunció los que él denomina mitos fundacionales, se apartaron de esos enfoques tradicionales.
Y a ellos se han sumado otros historiadores tanto en lo nacional como en lo internacional para llevar a cabo una tarea que nos permite afirmar que la visión que hoy se tiene de nuestro proceso independentista es muy distinta a la que se tenía cuando se conmemoró el primer centenario.
El papel de las masas populares y de sus líderes ha sido completamente reivindicado como reivindicados han sido los alcances de verdadera revolución, y revolución popular para ser mas precisos, que tuvo el proceso independentista frente aquellos que le niegan esos alcances e intentan devaluar ese proceso para reducirlo a un cambio de jinete en la dirección de nuestros pueblos, desconociendo lo que implicó el desmonte del andamiaje colonial así como la participación de masas populares. Sin pueblo no hay revoluciones y sin dirigencia tampoco, esa es la enseñanza de la historia.
Apartándonos de la visión centralista y excluyente que predominó por mucho tiempo, hay que dejar sentado que fue la Costa Caribe, con la Provincia de Cartagena a la cabeza, la cuna de nuestra independencia. Y digo la Provincia de Cartagena para incluir sus territorios interiores, ya que Mompox declaró su independencia absoluta el 6 de agosto de 1810, como lo sostienen historiadores nacionales como Don Pedro Salzedo Del Villar, Giovanni Di Filippo, Adelaida Sourdis y Javier Ocampo López, e historiadores internacionales como el francés Georges Lomné, la suiza Aline Helg y la panameña Marixa Lasso.
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