Columna


La riqueza de nuestro país

LIDIA CORCIONE CRESCINI

26 de julio de 2011 12:00 AM

LIDIA CORCIONE CRESCINI

26 de julio de 2011 12:00 AM

Ahora sí lo corroboro. Mi país es: rico, millonario, excelso en corrupción. Por donde uno se meta está rasgado por las garras de nuestros administradores. Administrar la vida de los demás requiere un compromiso serio, y la posición de dirigente es una tarea ética-axiológica. Es por eso que las verdaderas riquezas para explotar, como son el agro, la flora y fauna, las montañas y mares, son utilizadas para otros fines, menos el indicado.
Los impuestos que engrosan el erario son saqueados por los piratas del siglo XXI, que sin consideración, sin pensar en el bienestar de los colombianos, hacen un festín y no conformes con esto, arreglan sus motetes para escurrirse e irse a vivir a otro país y ripiarse sin mesura los dineros que nosotros, que en el día a día, nos levantamos desde que canta el gallo para ir a cumplir la cita con el trabajo y entre moler y moler, sudar y camellar, devengando unos salarios irrisorios, pagamos impuestos hasta por bostezar. Este país de excelsitudes merece un reconocimiento público, una ovación, un homenaje.
¿Cuál Ministerio se salva de la corrupción? Manipulados, vilipendiados, abusados, exprimidos, no escuchados, ignorados, indefensos y ofendidos nos encontramos los ciudadanos que repudiamos con énfasis la crisis de Colombia en materia de usufructo del dinero ajeno. Destapadas las alcantarillas, el olor fétido empieza a confundirse con la fina colonia de los abogados que defienden la inocencia de estos pobres muchachitos y muchachitas sin nadita que decir, de alma pura y rostro petrificado, listos para exigir un busto en una plaza monumental para que su gestión impecable, comprometida y llena de patriotismo perdure per secula seculorum.
Es por eso que el adagio popular de “Al ojo del amo, engorda el caballo”, debe ejecutarse a través de veedurías, en donde cada contrato, licitación, acuerdo, etc., sea publicado en la plataforma de la web, vigilado y con seguimiento estricto para no seguir llevándonos estos fiascos y desfalcos.
¡Que los metan presos! Son tan culpables como el que asesina, es lo que escucho. Las cárceles de Colombia parecen embutidos, no les cabe un preso más. El que haga mal uso de su investidura y su fuero debería tener un tratamiento diferente, para que los que vienen atrás con las mismas ideas del tumbe y fechorías sepan de una vez por todas que tirar a la tiña los dineros comprometidos para la salud, vivienda social, ejecución de obras, compromisos con la educación, son sagrados porque se trata de sacar adelante a los seres humanos, a las personas, a todo un conglomerado que es el que conforma el país.
En los noticieros, cuando ponen esa música de fondo para indicar una información extra o de última hora, nos damos cuenta de cómo el presentador se jacta por tener la primicia, como si fuera un trofeo que acaba de ganar, para informarle al país que a fulano o zutano lo detuvieron por X desfalco. ¡Qué horror!, esperamos a diario para ver quién más caerá. Significa que desde siempre han existido los corruptos y nos hemos acostumbrado a ellos. Y lo peor de todo, se sigue votando por ellos.
¡Por tu bien, elige bien! Dile no a la corrupción.

*Escritora

licorcione@gmail.com

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