Columna


La salud es un tesoro

LIDIA CORCIONE CRESCINI

30 de octubre de 2012 12:00 AM

LIDIA CORCIONE CRESCINI

30 de octubre de 2012 12:00 AM

Podemos tener riquezas materiales, amigos, grandes cargos, pero sin salud tenemos muy poco. Es el afán de la medicina alternativa, prendiéndonos el bombillo para que en el ritmo diario busquemos una alimentación adecuada, acompañada de ejercicios. Sin embargo, Deepak Chopra, médico, conferencista hindú, ha escrito extensamente sobre espiritualidad y el poder de la mente en la curación médica. Lo escuche en un programa de televisión en una de sus conferencias y decía que los cánceres en el cuerpo provenían del cáncer moral, explicaba que cuando una persona está muy cargada mentalmente y su vida la lleva a un compás acelerado, todo este cúmulo de pensamientos, responsabilidades y obligaciones aceleran el ritmo vital y afloran enfermedades corporales como el cáncer.
Puede que este maestro de la espiritualidad tenga mucha razón o quizá sea simplemente su apreciación por los resultados vistos y experimentados a través de su carrera, lo cierto es que últimamente muchos de los gobernantes, y lo digo con todo el respeto que me merecen como seres humanos, están padeciendo de esta enfermedad crucial, asustadora y muchas veces fatídica.
De pronto sea una coincidencia o cosas de la salud de ellos, sin embargo Chávez, Lula, Campo Elías Terán, Santos, Garzón y otros tantos han tenido que afrontar situaciones complicadas al recibir la noticia de su estado de enfermedad. 
Angelino Garzón por ejemplo, consecuente, dice que prefiere atender su salud y retirarse del cargo para encontrar tranquilidad, armonía y equilibrio en su sanación. Es un hombre inteligente quien en su decisión no desea arriesgarse y prefiere dejar de lado el cargo y el poder que este le otorga para llevar las riendas de un país y ocuparse de su vida.
En el caso de Campo Elías, teniendo en cuenta que cualquiera puede enfermarse pero desgraciadamente le tocó a él, no logro entender por qué mantiene a los ciudadanos  pendiendo de un hilo, si él sabe que es mejor cuidarse para sí mismo, su familia y todas las personas que desean que mejore pronto. No puedo entender su silencio, permitiendo que el caos citadino se reverbere cada vez más y su partido político y acompañantes por extensión se peleen contra viento y marea la elección por terna para ocupar su cargo. Para bien o para mal el pueblo eligió a Campo Elías Terán porque él se mostró a su gente gozando de popularidad en su cargo de periodista radial y supo convencer a la mayoría de la comunidad de que “Hay campo para todos”.
A  falta de Campo, por lo que todos conocemos, es importante que nuestro alcalde se ponga la mano en el corazón, mire su vida y piense qué es lo más importante para él. Los desprendimientos son muy difíciles y las personas sufrimos precisamente por eso que se llama apegos. Campo Elías, por estar apegado a ese título, le está haciendo demasiado daño a Cartagena porque han sido muchos días de ausencia y eso no es útil para la ciudad ni los ciudadanos.
Él mismo abogaba por el bienestar de su terruño, gritaba, desgarrándose visceralmente, de que Cartagena ahora sí iba a surgir, que  iba a hacer de ella una ciudad modelo, pero con su actitud no está demostrando que eso que proponía era cierto.

*Escritora

licorcione@gmail.com

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