Columna


La verdad que no se puede esconder

WILLIAM IGNACIO MURRA BABUN

06 de agosto de 2011 12:00 AM

WILLIAM IGNACIO MURRA BABUN

06 de agosto de 2011 12:00 AM

La ciudad ha notado que en los últimos 2 meses el suministro de energía eléctrica ha sido muy deficiente en su continuidad lo que llevó a la alcaldesa Pinedo a exigir a Elecricaribe la inmediata corrección de las falencias con la misma intensidad como ellos, los operadores locales, actúan cuando un usuario no cancela oportunamente el servicio.En las reuniones sostenidas con ISA y la UPME, se enfrentó la situación con relación a la línea de energía de 220 KV de la subestación Bolívar (Villanueva) a la Subestación Bosque.
Pero nuestros conocimientos en la materia nos permite advertirle a las autoridades que los inconvenientes surgidos con esa línea los cuales están por resolverse son independientes de la problemática que estamos viviendo ya que la verdad que no se puede ocultar corresponde a otros factores como, por ejemplo, cambios en la infraestructura eléctrica no aptas para este medio húmedo salino al reemplazar conductores de cobre por conductores de aluminio que entre otras exigen mayor atención en los mantenimientos y falta de reposición de elementos cuya vida útil venció hace mas de 5 años.
Este es el caso de los cables submarinos que van desde la Escuela Naval hasta el Club Naval y luego se convierten desde allí en subterráneos hasta la Subestación Bocagrande, aclarando que de los dos soterrados sólo se cambió uno y por material básico de aluminio. Ojalá este acto de economía mal entendida no repercuta negativamente en un futuro.
Lo que está ocurriendo hoy con las sobrecargas que hacen disparar las líneas eléctricas bien sea por programación o por actuación automática de las protecciones, no es más que los cables ya mencionados están fatigados por el término de su vida útil y por la serie de daños acumulados con los años de operación lo que incidirá protuberantemente en fallas del suministro en la medida en que vayan entrando al sistema de Bocagrande nuevas cargas de los apartamentos, centros comerciales, oficinas y hoteles en construcción.
En otras palabras, el hecho de no haberse cambiado a tiempo los dos cables submarinos y uno subterráneo reducen peligrosamente la confiabilidad del sistema con el agravante de que se desconoce totalmente una propuesta de solución por parte de Electricaribe.
Vale la pena observar que la Superservicios y Minminas ya se han pronunciado sobre las deficiencias protuberantes de Electricaribe en la prestación del servicio en la región Caribe poniendo en peligro la competitividad.
Por otra parte, el plan de desarrollo que deberá acometer Electricaribe para atender y superar todas estas limitaciones no responde a las expectativas de crecimiento de la energía en la ciudad y a la prestación de un servicio eficiente y confiable ya que los parámetros que se aplican para crecimiento de la demanda de energía estándares no son aplicables a Cartagena las condiciones especiales de ella.
Todo esto sin entrar a considerar el desarrollo eléctrico de la Zona Norte, Sector Industrial, Barú y Tierrabomba, situación que ya he comentado a importantes constructores de la ciudad. Nuestro temor radica, adicionalmente, en que Electricaribe aproveche esta situación para presentar estudios ante la CREG y logren aprobación de aumentos de tarifas de energía bien exageradas.
Amanecerá y veremos que tan débiles o fuertes son los comisionados de la CREG.

williammourra@qbm2ingenieriaelectricasa.com

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