Columna


La voluntad política

ALFONSO DÍAZ GUTIÉRREZ DE PIÑÉRES

28 de septiembre de 2011 12:00 AM

ALFONSO DÍAZ GUTIÉRREZ DE PIÑÉRES

28 de septiembre de 2011 12:00 AM

“Aquello que es moralmente reprobable, nunca puede ser políticamente correcto”: Abraham Lincoln.
Desarrollar voluntad política es quizás el reto social más difícil. Hoy aceptamos, por lo general, los acercamientos participativos al combate a la corrupción; y que los medios de comunicación y sociedad civil se involucren de manera activa y sean fundamentales para que cualquier programa de cambio tenga un relativo éxito. Pero, a menudo, la voluntad política es el ingrediente que le falta a los líderes.
Es sin lugar a dudas el elemento fundamental para que el líder que se escoja para una organización territorial  pueda realizar su programa, el que “vendió” a sus electores en campaña, no el que trate de hacer para complacer a los que lo ayudaron a elegirse con apoyos financieros. En nuestra región hemos visto casos, incluso en la administración que termina. A pesar de reconocerle tantos logros, le falto voluntad política para dejar más proyectos que cambien el nivel de vida. Ojalá logremos verlo en el que se avecina. Para eso la lógica debería indicar que los ciudadanos, como beneficiarios de esos cambios ofrecidos, no deben ser meros receptores pasivos de los resultados, sino defensores activos y guardianes del proceso a desarrollar.
No obstante, aquellos ciudadanos conscientes, que entienden sus derechos y responsabilidades de sus elegidos exigirán las reformas prometidas. De ahí la importancia de elevar y mantener cierto nivel de conciencia pública a través de organizaciones sociales que apunten al interés general.
No debe considerarse que la voluntad política sea solo la “voluntad de los políticos” ni tampoco la de aquellos que participan de la actividad política. Debemos considerar, para la formación de conciencia, el tomar en cuenta a líderes de todos los ámbitos, grupos profesionales, sector privado, sindicatos, instituciones religiosas,  fuerza pública en retiro, cámaras de comercio y otros grupos activos, para movilizarlos  contra la corrupción y mejorar las condiciones e integridad de la comunidad.
Hay que tener en cuenta que el punto de partida para crear esa voluntad política no tiene que estar siempre en las altas esferas del poder, esa voluntad debe efectuar la movilización de figuras claves, aunque no debe sorprendemos la falta de voluntad en una región donde se considera que los puestos políticos son el camino más rápido para adquirir una riqueza personal, donde los cargos son una forma de autoservicio, no un servicio público y donde son una manera de beneficiar a su familia y al clan que lo apoyó y financió en campaña, y no una actividad de servicio hacia sus congéneres. Tiene que haber voluntad política para que este servicio de lo público sea tan transparente que valga la pena ingresar a él.
La clave es encontrar el momento oportuno para crearla. Ese momento podría ser cuando se estén presentando cambios en el liderazgo, o al momento de las elecciones. Seguramente los políticos querrán que los vean como defensores del combate a la corrupción. Esas reformas que se proponen no pueden dejarse a una sola persona ni se pueden relegar sólo al liderazgo político, todos debemos estar involucrados, desde el simple ciudadano hasta quienes estén en la cima del poder.

*Almirante (R) Consultor Empresarial en Seguridad y Desarrollo

Marenostrum54@hotmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS