Columna


La voz de Angelino

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

11 de octubre de 2011 12:00 AM

GERMÁN DANILO HERNÁNDEZ

11 de octubre de 2011 12:00 AM

Cuando el entonces candidato a la presidencia Juan Manuel Santos confirmó que  las huestes uribistas no bastarían para llevarlo a la Casa de Nariño, sorprendió con una fórmula de acompañamiento que le imprimía carácter social a su aspiración y le garantizaba el  respaldo  de una franja de opinión ideológicamente contraria. Angelino Garzón se convirtió entonces en su “ángel”.
Tal decisión implicaba concertación o acercamiento entre dos corrientes antagónicas de pensamiento sobre el manejo del Estado: Santos representaba al establecimiento y las doctrinas derechistas, mientras que Angelino conservaba  posiciones  de izquierda, arraigadas en una vida de dirigencia sindical.
Pero lo que se supone como lógico desde el debate sano de las ideas y de la libertad de pensamiento, resulta censurable por quienes creen que la participación en las esferas de poder debe anular la opción de controvertir y de opinar.
Los pronunciamientos del  Vicepresidente de la República frente a diferentes decisiones del Gobierno generaron incomodidades en algunos sectores, acostumbrados durante  ocho años a una sola voz con aceptación reverencial y ahora temen al poder de la palabra.
Desde el Gobierno, el Congreso de la República y de poderosos medios de comunicación del país se intenta acallar al Vicepresidente, acusándolo de ser una “rueda suelta” o de hacer oposición desde adentro. Algunos  “adalides” de la democracia y de la libertad de opinión lideran paradójicamente las mociones de censura.
Ante los frustrados intentos de “meter en cintura” a Angelino Garzón, confeccionan ahora la tesis de su aspiración a la Presidencia de la República, para lo cual, dicen, estaría haciendo campaña desde el gobierno, pero en contravía. Con ello buscan exacerbar al presidente Santos y al Ministro del Interior, Germán Vargas, el primero por sus aspiraciones de reelección y el segundo porque se siente planillado para el cargo.
Es probable que Angelino Garzón quiera ser Presidente y está en todo su derecho de aspirar, al igual que Santos y Vargas. ¿Por qué pensar que sus opiniones van dirigidas a ese propósito, pero las acciones de gobierno de los otros no?
El Vicepresidente no es un subalterno del ejecutivo que deba recibir órdenes para acatar en silencio, so pena de ser despedido. Su investidura tiene rango constitucional, si bien su deber es actuar en sintonía con el gobierno, no está obligado a callar frente a hechos o situaciones que no comparta.
El país suele cuestionar a los funcionarios que luego de su retiro deciden denunciar hechos que conocieron durante el cargo, pero cuando lo hacen en ejercicio también los censuran. “Palo porque bogas y palo porque no bogas”.
No voté por la fórmula de Santos y Angelino, pero me sumo a quienes defienden la libertad de pensamiento y opinión del Vicepresidente, especialmente en temas tan  cruciales para la vida nacional, como la medición de la pobreza, que se pretende reducir con fórmulas en escritorios oficiales y no con acciones concretas en campos y ciudades.
En vez de callar, como pretenden algunos, Angelino Garzón debe seguir defendiendo sus ideas desde el gobierno y hacerlas de conocimiento público. Sería bueno saber por ejemplo qué piensa de las Reforma a la Justicia y a la Educación superior, donde toda la verdad no está contada.

*Trabajador Social y Periodista, docente universitario, asesor en comunicaciones.

germandaniloh@hotmail.com

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS