Columna


Langlois se burló de colombia

GUSTAVO MONTES FERNÁNDEZ

05 de junio de 2012 12:00 AM

GUSTAVO MONTES FERNÁNDEZ

05 de junio de 2012 12:00 AM

El periodista francés Romeo Langlois, secuestrado, retenido, prisionero de guerra, invitado o como él quiera designarse, salió de su visita a las FARC en tan escaso tiempo con el Síndrome de Estocolmo. Eso no lo cree nadie. Creo entender por qué vertiginosamente se mostró a las FARC en el momento que emboscaron a la fuerza pública. Se busca al afín, algo así como Juan Manuel Santos, Presidente de Colombia, acude a Hugo Chávez, mandatario venezolano, porque es su nuevo mejor amigo -dicen ellos mismos- y así se sienten cómodos el uno con el otro, que fue lo que describió Langlois de su “secuestro” light.
Langlois debe muchas explicaciones a este país que al unísono salió a “rescatarlo”. Sólo que se burló de Colombia y Francia. Sencillamente si se está de visita nadie tiene que ir a liberarlo ni mucho menos negociar su salida. De la visita uno se va cuando ha sido suficiente el tiempo de ella. Eso lo considera el invitado y algunas veces el anfitrión.
Por lógica debo preguntar: ¿las FARC sabían que el Ejército iba a desarrollar ese operativo antinarcóticos? ¿Sería que alguno de los miembros de la misión pudo filtrar el sitio y la hora en que estarían los militares destruyendo el “pequeño y modesto laboratorio” -según lo minimizó Langlois-, para  ser presa fácil de los guerrilleros? De ser así, ¿quién fue?
La prueba del estado general del huésped de las FARC la transmitió en exclusiva Telesur de Venezuela, que la obtuvo fluidamente- porque lo liberaron en un departamento intercomunicado con ese país. En la liberación habla Langlois primero con Telesur que con la misión humanitaria que lo esperaba. Eso es mucho amor de las FARC a Venezuela. Lo dicen los actos observados. La deferencia del invitado con el hospedador no se quedó atrás.
Langlois se declara conocedor del conflicto colombiano. Si lo conociera, no hubiera expresado las palabras hirientes que nos duelen y revuelven los sentimientos. Se refirió primeramente a las FARC de manera tan condescendiente y humanitaria, desconociendo que solo han dejado miles de huérfanos en Colombia e involucran a niños indiscriminada, inmisericorde y forzadamente en sus filas.
Bien hace el presidente francés, Francois Hollande, en desconocer la misiva guerrillera que le fue enviada y reiterar que no intervendrá en la política colombiana.
Langlois después de su visita –que nos satisface haya salido bien- tomó como excusa la pobreza para justificar en un principio la acción de los malandrines, pero no se refirió al narcotráfico que están recuperando como fuente de financiación y miles de daños que nos hacen, por ejemplo el atentado de Chaparral (Tolima). Sin embargo a su regreso “disparó” contra los colombianos de bien, aún cuando luego de pasar la noche en la embajada francesa cambió su distorsionado discurso. Por todo esto señor Langlois, demasiados colombianos nos sentimos burlados por usted. La guerrilla no tendrá jamás justificación de ser.
COLETILLA: Con respeto y preocupación hacemos eco de que al parecer el gobernador de Sucre, Julio César Guerra Tulena, padece demencia senil a sus 80 años de edad y estaría arriesgando al departamento. Ojalá intervengan las autoridades y se aclare por el bien de Sucre y del mandatario. Se han descubierto presuntos hechos de corrupción graves.

*Médico – analista político

gusmonfe@hotmail.com

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