Columna


Las Farc y Batasuna

FRANCISCO SANTOS CALDERÓN

19 de mayo de 2012 12:00 AM

FRANCISCO SANTOS CALDERÓN

19 de mayo de 2012 12:00 AM

Dos hechos aparentemente inconexos son dos caras de la misma moneda. El atentado a Fernando Londoño y la marcha patriótica son parte de una estrategia político-militar de una organización que evoluciona hacia una combinación de las formas de lucha más parecida a la de ETA y Batasuna que a la tradicional de las Farc y el partido comunista colombiano (PCC).
Como lo relató el miliciano alias Biófilo en RCN la Radio hace unos días, las juventudes comunistas (JUCO) del PCC son las divisiones inferiores de las Farc y de allí reclutan muchos de sus mejores cuadros. Esta relación parte de una histórica y bien documentada relación Farc-PCC que incluso deja frentes con nombres de reconocidos dirigentes político-militares que hacían parte de esa perversa combinación de todas las formas de lucha, práctica de la cual aprendieron con honores años después las autodefensas.
Ahora que con el caso de Sigifredo López se abre la puerta de la Farc-política todos esperamos que se revele la profundidad de esas relaciones políticas, sociales y económicas con reconocidas personalidades del país, de hoy y de antes.
Históricamente las Farc han jugado a distintas relaciones con distintos sectores de la sociedad colombiana, legal e ilegal. Hoy, sin abandonar el partido comunista clandestino que es fuente de milicias y logística en centros urbanos, apuesta por un nuevo frente político, la marcha patriótica, que con diversos sectores sociales espera articular un escenario político nuevo y moderno ante el desgaste e inutilidad del PCC.
¿Dónde buscar modelos efectivos de combinación de las formas de lucha? Obviamente en aquellos útiles en la expansión del conocimiento en el uso de explosivos, la ETA y el IRA, y en el manejo de esa dualidad en una democracia. Los lazos de las Farc y de Eta son de vieja data y el atentado contra Londoño es parte de ese conocimiento compartido político y militar que hoy adquiere nueva relevancia con la marcha patriótica y el atentado con una bomba lapa contra el exministro.
Algunos, idiotas útiles, ven la marcha patriótica como un escenario positivo que demuestra el inicio del tránsito de las Farc hacia la política y hacia la paz. Muchos de quienes hacen ese análisis también adjudicaron la bomba contra Londoño a las fuerzas oscuras o a la extrema derecha. Son los voluntaristas de la paz.
Lo cierto es que la marcha patriótica ni es un mensaje de paz, cómo no lo fue Batasuna, ni es una buena noticia. Tal y cómo lo hizo con la Unión Patriótica, las Farc articulan cuadros convencidos de la lucha armada con esos voluntaristas por la paz, poniéndolos de carne de cañón. Los usa para abrir espacios políticos que se le han deteriorado, jugando de nuevo a la legalidad y la ilegalidad en una macabra recreación de escenarios peligrosísimos que llenaron este país de sangre, mucha de ella inocente.
Los 80, la Unión Patriótica, las ansias de paz, la lucha política entrelazada a la lucha armada, los muertos. Ese camino ya lo recorrimos. ¿Lo vamos a volver a andar? Recuerdo cuando 'Tirofijo' dijo que era imposible humanizar la guerra. La paz tampoco es cristalina o limpia. La hacen los guerreros cuando no ven otra opción. Las Farc aún no están ahí. El atentado contra Londoño lo deja claro.
fsantos@rcnradio.com.co

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