Columna


Lo que viene

ÓSCAR COLLAZOS

02 de julio de 2011 12:00 AM

ÓSCAR COLLAZOS

02 de julio de 2011 12:00 AM

¿Por qué los políticos buscan a los empresarios? ¿Por qué los empresarios escogen a uno o varios políticos y les ofrecen financiación de sus campañas? ¿Qué buscan los políticos? ¿Qué esperan los empresarios que financian campañas? ¿Por qué firman páginas enteras de publicidad política pagada adhiriendo a una candidatura?
Los políticos buscan empresarios porque sin ellos no es posible financiar campañas cada vez más caras. Los empresarios y contratistas de obras públicas se arriman a los políticos con posibilidades de ser elegidos, no porque quieran contribuir al fortalecimiento de la democracia. Lo hacen porque el político elegido pagará las deudas contraídas favoreciendo a las empresas de sus padrinos.
Una verdadera veeduría ciudadana debería conocer no sólo la identidad de empresas, empresarios y contratistas que apoyan a un candidato, sino también las cantidades reales de sus aportes en dinero y especies. Si se sigue esta ruta, se sabrá más adelante por qué un gobernante contrata con éste y no con otro, por qué toma decisiones contrarias al interés público, al equilibrio social y ambiental y al juego limpio que debería regir la contratación pública.
Reto a los empresarios que estén aportando a campañas políticas en la ciudad de Cartagena a que digan cuánto le están dando a su candidato a alcaldía o gobernación, en plata y en especie. No les preguntaré por qué. Esta pregunta se las haré a los candidatos.   
Quien pone en juego elevadísimas sumas de dinero en un proyecto inmobiliario o en un novedosísimo centro comercial, por ejemplo, no tiene inconveniente en gastar mil o dos mil millones de pesos en un candidato. La inversión será devuelta con creces.
Muchas cosas ilegales se pueden hacer con apariencia de legalidad. Hecha la ley, hecha la trampa. El matrimonio de política y negocios es el más armonioso matrimonio de la democracia representativa. Los noviazgos empiezan en las campañas y terminan en el catre de los acuerdos secretos. En este matrimonio sólo conocemos la foto publicable.
Un político les puede incumplir a los humildes ciudadanos que votaron por él, por convicción o miserablemente comprados. Le puede incumplir a quienes llamó hermanos de raza y clase cuando se untaba de pueblo hasta los cojones, recordándoles con llanto que salió también de ese barro. Total, los humildes no invierten plata sino esperanzas.  Lo que no puede incumplir al llegar al cargo es el pago de la deuda contraída con los financiadores de su campaña.
Ese mismo político puede comprar, eslabón a eslabón, la cadena clientelista. Sabe cómo hacerlo, cómo comprar la gobernabilidad. Digamos que la señora, suponiendo que es señora, tiene experiencia en esos juegos. Pagará con cargos en una secretaría, con tal cantidad de empleos, decisiones en la contratación pública, coimas aquí y allá.
Si un buen ciudadano me preguntara qué debe hacer para conocer las intenciones de un político, le diría que averigüe quién lo está financiando y cuáles son los negocios de quien lo financia. No le pare bolas a sus promesas. Pregúntese con quiénes anda y sabrá qué clase de gobernante será.   

*Escritor

salypicante@gmail.com

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