Columna


Los cimarrones y Pambelé (1)

DARÍO MORÓN DÍAZ

13 de noviembre de 2010 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

13 de noviembre de 2010 12:00 AM

En la Academia de Historia, Raúl Porto Cabrales dictó una conferencia interesante en el transcurso de la cual develó la historia “desconocida” de la esclavitud en Cartagena y sus contornos. Porto Cabrales, acompañado por su señora esposa, en una exposición, al alimón, ilustraron al auditorio. Ella mostró el historial de Antonio Cervantes “Kid Pambelé”, el campeón mundial de boxeo desde su origen humilde, como lustrador de zapatos y vendedor ambulante, hasta llegar al campeonato mundial del “peso welter”. Porto Cabrales relató las proezas y sinsabores de los esclavos traídos de África por los mercaderes que los “cazaban” en ese continente y de manera inmisericorde eran embarcados hacia Cartagena. El conferencista relató que la población esclava fue utilizada en la provincia de Cartagena, tanto en labores rurales, como en la ganadería, la agricultura, en haciendas y trapiches. En las zonas urbanas, en los oficios artesanales, domésticos, transporte y construcción. En 1540, ya los negros empezaron a escaparse de sus amos y buscaban refugio en: montes, selvas, caños y ciénagas denominados “arcabucos”, lugares elegidos para la constitución de núcleos de resistencia afro, contra la opresión de la esclavitud -enmarcada en los excesivos trabajos, además del castigo y terror que usaban como medios de control-. Con ello se preservaba la memoria ancestral y se convirtieron en precursores de los bailes “cantaos”. El palenque se llamó San Sebastián de Buenavista. “Esos negros fueron llamados cimarrones (salvaje, rústico, cerrero) y el lugar que los recogía fue bautizado por los propios españoles el “Palenque”, por ser inaccesible. De ahí nace el término “palenquero”. Arrancados del tronco ancestral que los nutría, de sus seculares costumbres y sufriendo una acérrima segregación racial. Así se convierten en los primeros insurgentes del Nuevo Continente. La estrategia es la fuga, y la acción es la guerra desde los palenques contra la sociedad blanca tiránica que no los reconoce como personas. Esos esclavos prófugos se convierten en un problema grave para la sociedad de la Costa Caribe”. Agrega el cronista, que los tripulantes armados cazaban a los negros con redes y trampas y los llevaban a las sentinas del navío. Allí son acomodados, el uno al lado del otro, hasta completar 237. Lo que cuenta es el peso en toneladas: tres negros sanos y grandes, llamados “piezas”, forman una tonelada. En esta forma, serán vendidos al llegar a Cartagena. Uno de ellos se llama Bioho, distinguido como un joven “belicoso y valiente”, y al llegar a Cartagena, el capitán español Juan De Palacios lo compra por 300 pesos. Su esposa y los dos hijos son adquiridos por Alonso Del Campo, para servicio de su casa. Palacios lo hace bautizar Domingo. Será el célebre Domingo Bioho. Alpher Rojas Carvajal consigna en ilustradora conferencia que: “los cimarrones o el cimarronaje fue reconocido por Cédula Real en 1533”.(2) La Conferencia de Raúl Porto Cabrales es digna del análisis de los investigadores e historiadores. (1)Porto Cabrales R.- “Paralelismo entre Kid Pambele y el Cimarronaje en Cartagena” (2) Rojas Carvajal A. “Cartagena metáfora de la libertad”. Instituto del Pensamiento Liberal de Bolívar *Médico Cardiólogo. Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia. MOROND@telecom.com.co

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