Columna


Los exministros de salud

DARÍO MORÓN DÍAZ

23 de junio de 2012 12:00 AM

DARÍO MORÓN DÍAZ

23 de junio de 2012 12:00 AM

Ocho exministros de Salud enviaron una carta al presidente Juan Manuel Santos, en ella se refieren nuevamente a la situación crítica de la Salud y cómo ésta afecta la vida de los colombianos, principalmente, a los sectores más deprimidos de la población.
Es menester precisar que antes de la malhadada Ley 100 de 1993, existía en el gabinete presidencial un Ministerio de Salud que con el escaso presupuesto de aquellos años lograba mantener abiertos los hospitales públicos e inclusive los universitarios. También realizaba campañas preventivas y de vacunación para controlar las enfermedades infecciosas en los niños y adultos. Un ejemplo clásico de ese control fue el de la tuberculosis, fiebre amarilla, etcétera.
Hoy por hoy, muchas enfermedades se han reactivado, en razón a que con la Ley 100 el Ministerio de Protección Social se desligó de esas campañas con la peregrina idea de que los nuevos entes iban a encargase de realizarlas. Obviamente, no lo hicieron porque ello no producía dividendos, de esa manera los índices de enfermedades infecciosas y prevenibles aumentaron en el país.
Los exministros de Salud afirman en su misiva al primer mandatario “que resulta inevitable pronunciarse sobre la deplorable situación del sistema general de salud que en nuestro criterio afronta una crisis estructural y se convierte en una obligación moral y ética, personal y colectiva, ofrecer nuestro concurso para cambiar el rumbo de un sistema que hoy no cumple con el objeto de garantizar el derecho a la salud para todos; en razón a la situación crítica para los usuarios del actual sistema, los cuales a diario son víctimas de sus fallas. Ello debe mejorarse en el corto plazo encontrando recursos y procedimientos, muchos de ellos atascados dentro del sistema mismo, que permitan aliviar la grave situación de sus componentes, especialmente de los prestadores de servicios de salud”.
Los citados exministros aprovechan la declaración reciente del presidente Santos en la cual afirmó que “la salud no es un negocio”. Ese es precisamente el meollo de la cuestión; los entes nacidos de la Ley 100 se hipertrofiaron y pusieron en práctica que la salud no es un principio ínsito en la Constitución del 91 como un derecho fundamental, sino un mecanismo del mercado al cual había que sacarle el mayor provecho.
La mayoría de esos entes acudieron a innumerables y sucesivas maquinaciones corruptas que han sido denunciadas suficientemente por los pacientes y las sociedades médicas víctimas del engendro. Los organismos de vigilancia y control tienen ya definido varios casos, pero es necesario que la sanción sea pronta dentro de los procedimientos que permite la justicia.
Y agregan: “Los servicios de salud se han derivado en una actividad donde prima el ánimo de lucro sobre la garantía del derecho a la vida y la salud. Creemos indispensable que la ética del juramento hipocrático vuelva a ser la esencia de su funcionamiento, por lo cual se hace necesaria la reforma estructural, de fondo, del actual ordenamiento que no aguanta más remiendos”.
Finalmente reiteran su disposición, como ya lo hicieron anteriormente las academias y gremios médicos, a contribuir a resolver este agobiante caso de la Salud en Colombia.

*Ex Director de El Universal. Académico de Número de la Academia Nacional de Medicina, de la de Cartagena y de la de Historia.
dmorond@gmail.com

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