Dos estados del ser supuestamente antagónicos e irreconciliables pero que al final llevan a un mismo fin, que es la belleza de una obra de arte, son la alegría y la tristeza. Esta mezcla de sentimientos puede llevarnos a pensar como el poeta libanés Khalil Gibran, quien decía que “La tristeza y la alegría son inseparables. Todo aquello que hoy te causa alegría, mañana te causará tristeza. Todo aquello que hoy te cause tristeza mañana deleitará tu vida.”
Indiscutiblemente las obras de arte son producto de un estado de excitación que lleva consigo alegrías o tristezas. El artista, quien con su obra manifiesta aspectos interesantes tanto de lo terrenal como de lo divino, emana impresión por sus sentidos, sin límites ni reglas, pues el artista no tiene más que las que su mente le revela.
El arte tiene injustamente la mala fama de no ser más que un hechicero que puede trasladarse al dorado imperio de los sueños de quienes quieren evadirse de la vida, a los fatigados de la acción, ¡Ah no! el arte es algo muy diferente. Los valores que tienen aprecio en su reino: la verdad, pureza, sacrificio y persistencia, convicciones de ideas propias y voluntad creadora son valores elevados, capaces de procurar dignidad y orden a cualquier existencia.
El materialista y hombre esclavizado se ocupa de asuntos mundanos bajo el estrés de la tensión del día a día; mientras que el hombre regido por el mundo mágico del arte alcanza la paz mental y espiritual, porque se desinhibe de las prohibiciones de una sociedad compleja y con poco sentido cultural que no entiende lo que en realidad es el arte.
El camino de la comprensión del arte pasa solamente por el sentimiento del arte. Y es el sentimiento ya sea de tristeza o alegría el que hace nacer una obra de arte; podría ser atrevido afirmar que el padre de la obra es el sentimiento y, hermanos de este mismo, son la excitación y la emoción. Así como hay motivadores del arte para crear verdaderas obras, deben existir emoción y sentimiento por parte de quien aprecia una obra de arte para poder entenderla; hay quienes ignoran lo que es el arte y piensan que una obra solo representa mezcla de color y buena combinación con los muebles de comedor tipo loft de un apartamento de lujo a orillas de las playas de un paraíso como es Cartagena. Hay quienes tienen en sus casas hermosas obras por descubrir con la imaginación y el análisis y nunca llegan a hacerlo, porque no hay sentimiento, porque no viven el arte, porque se limitan a convivir con obras de arte muertas que no dicen nada, porque ellos mismos no las hacen hablar, porque ellos mismos no son capaces de comprenderlas.
Para finalizar, el arte creado por los hombres para los hombres, si ha de ser comprendido, es necesario que se sirva de los sentidos humanos, es decir, ha de contar con las leyes de los aparatos de nuestros sentidos y con los motivadores de los que fueron creados, porque el arte así como es creado con sentimiento, también debe ser apreciado con sentimiento.
*Economista
Gerente de Recursos Humanos
sofilemaitre@gmail.com
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