Columna


Los ninguneados

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

29 de septiembre de 2011 12:00 AM

CLAUDIA AYOLA ESCALLÓN

29 de septiembre de 2011 12:00 AM

El debate con candidatos a la alcaldía de Cartagena, realizado el pasado martes por la alianza Cartagena Propone, marcó un hito importante: los temas poblacionales se empezaron a posicionar en la contienda electoral.  No sólo en la opinión pública, sino en la cabeza de quienes se disputan para llegar al poder.
Como resultado de las prácticas políticas tradicionales, en el país estamos llenos de candidatos que ni siquiera conocen sus propios programas de gobierno, que se aprenden dos o tres caballitos de batalla y que no salen de discursos vagos con promesas insostenibles. La inclusión social ha sido uno de los conceptos más trillados en los candidatos de los últimos años, mecanismo para jalar masas, pero distante aún de las verdaderas acciones y compromisos.
Y es que, por más barbaridades que se dijeran en las respuestas de las candidatas a los reinados de belleza, todo parecía subsanarse cuando la elegante señorita vestida de canutillos, pintaba una sonrisa en su rostro, levantaba la mano saludando delicadamente al público, y en un tono dulce decía “paz mundial”. 
La promesa de la utopía, tan anhelada después de largos años de la guerra fría y de conflictos internos a lo largo de Latinoamérica, parecía agradar a todos. Desataba un aguacero de aplausos, sin preguntarse cómo la futura reina iba concretamente a aportar a los procesos de paz. 
Hoy los candidatos acuden al recurso de la inclusión social, transformando la expresión en un lugar común, generalmente débil en su estructura, pues tienen enormes dificultades en plantear concretamente cómo cerrarán la brecha que deja en el olvido a los tradicionalmente excluidos ni de qué manera la financiarán.
La pregunta de cierre del debate de la Alianza Cartagena Propone, sin embargo, es posible que empiece a dar pistas de que más allá de promesas sociales ilusorias, el próximo gobernante tiene la obligación de entregar el informe del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ciudad. Tarea importante.
Aquellos que Eduardo Galeano llama “los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada” deben posicionarse en las cabezas de los candidatos, no para manosearlos y utilizarlos cruelmente para sumar votos, sino para darle cuerpo a la política social que adelantarían. 
Los gamines, las mujeres, los locos callejeros, los afros, los pobres, las prostitutas, los indígenas, los pandilleros, las personas discapacitadas, la población LGTB, los que viven en la miseria, la infancia, los jóvenes, los recicladores, las personas desplazadas, los vendedores de tinto, las masajistas de la playa, los habitantes de la calle, los bicitaxistas, las personas que viven en los corregimientos, los de la tercera edad, son la ciudad.
Los candidatos deben ser conscientes del desafío que asumen. Prometer menos inclusión social, y trabajar más por alcanzarla. No son los discursos los que sacan a los pueblos del olvido, son las acciones.

*Psicóloga

claudiaayola@hotmail.com

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