Un espectro se cierne sobre Europa y el mundo: el espectro de la nueva pobreza. Contra este espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias de Europa, Asia y Norteamérica sin resultado alguno.
Ahora que a Grecia le tiraron un salvavidas financiero las instituciones europeas, aún no se sabe si podrán flotar en él o si pronto estarán hundiéndose de nuevo. Otras economías en la Unión Europea también tambalean, como lo hace la sostenibilidad de esa alianza político económica y de su moneda, el euro. Alemania, el motor exportador de Europa, también peligra si no puede vender todo lo que produce. Nada está garantizado en este mundo antes estable, de apariencia imperturbable y cómoda, pero hoy volátil.
De la propia China, con cerca de 1.300 millones de habitantes y fama de imbatible y de revelación económica, se dice que vive en una burbuja financiera, en la que 60 millones de chinos son ricos y pudientes, mientras que los demás viven en el Siglo XIII.
¿Quiénes son los nuevos pobres?
"Los nuevos pobres podrían ser usted, yo, tu vecino, miembros de su Iglesia, alguien que ha sido afectado por la economía, personas que perdieron sus empleos y pasaron de grandes ingresos, a sin ingresos", dijo Sandy Beaver, que dirige The Place, el centro para servicios sociales sin fines de lucro más grande del Condado de Forsyth en Estados Unidos. Muchos de nuestros ciudadanos que han venido para asistencia solían ser nuestros donantes. Y te dicen, ‘nunca pensé que tendría que hacer esto, ni en mis sueños más atroces’, comenta Beaver.
Son víctimas de los desequilibrios laborales, la voracidad financiera de los fondos privados de pensiones y bancarios y las políticas de “sostenibilidad” gubernamental. Personas las cuales primero “dejarán de lado las comidas en restaurantes, luego restringirán la ida al cine, después sacarán a los hijos de las escuelas privadas, perderán la cobertura médica privada, acogiéndose a los sistemas públicos de salud y que ahora sólo pueden asistir a misa y recurrir al buen corazón de algunos amigos o ‘prestamistas’”.
Son los nuevos profesionales de Colombia -médicos, ingenieros, economistas, entre otros- cuyos sueños se han esfumado. Según la investigación de Hermes Fernández, de Planeación Nacional, un profesional del sector público recibe en promedio $1.788.071 mensuales, mientras que en el sector privado recibe $1.656.287, es decir un promedio de 3,5 SMLV mensuales (menos de US$900). Muchos están refugiados en actividades diferentes a su profesión o en el ‘rebusque’. O deambulando en las calles colombianas buscando una oportunidad de trabajo que difícilmente encontrarán, muriéndose sus esperanzas.
Para Sebastián Mora, Secretario General de Caritas en España, dentro del análisis de este nuevo fenómeno plantea: por los de siempre y por los nuevos pobres, por "los nunca pensé tener que acudir a Cáritas", el Estado debe brindar una "protección social que garantice el mínimo decente para vivir”.
*Profesor UTB
jumoral@unitecnologica.edu.co
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