Columna


Los TLC: la hora de la verdad

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

23 de octubre de 2011 12:00 AM

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

23 de octubre de 2011 12:00 AM

Quisiéramos compartir la euforia por la firma del TLC con USA pero no hay motivos. Por eso el ministro de Agricultura, con sinceridad técnica, reivindica las preocupaciones que formulamos desde el inicio del proceso por las iniquidades para el sector pecuario en los tratados comerciales. Aunque el Ministro puso la cara, es claro que las explicaciones a las “ingenuidades” –como él llama los errores en los acuerdos– tendrán que darlas los líderes de los equipos negociadores, especialmente, Hernando José Gómez, hoy director del DNP.
Pese a la buena oferta ganadera y estar libres de aftosa, la actividad es la gran perdedora. En 2013, cuando entre en vigencia el TLC con USA, llegarán a nuestro mercado: lactosueros, leches líquidas o cortes finos de res sin restricciones. Pero, además, 6.400 toneladas de carnes industriales y vísceras, 5.000 de leche en polvo, 2.100 de quesos y 1.900 de otros productos lácteos. Después del primer año podrán sumar 5% más y sin desmontar los subsidios internos a sus productores. En contrapartida, eliminamos el SAFP y, hoy, cruzamos los dedos para que algún día acepten nuestro estatus sanitario y nos reciban nuestros productos.
La negociación con la Unión Europea fue más gravosa en lácteos. En 2013, a las 9.000 toneladas que importamos, se sumarán 10.900 toneladas concedidas al Viejo Continente entre quesos, leche en polvo, lactosueros y derivados lácteos. Y con una connotación adicional: la salvaguardia a nuestro favor sólo puede activarse cuando la sobreoferta deprima irreparablemente los precios internos al productor. Ellos nos recibirían 5.600 toneladas de carne y desgravarían en 7 años sus aranceles de leche, pero condicionado a sus requisitos sanitarios. Con el TLC con Suiza, hay poco que decir, salvo las 500 toneladas de queso concedidas sólo para el primer año.
Gracias al tratado con Mercosur, ya encontramos carne argentina, pero Colombia no ha podido llevar un kilo a estas plazas. Desde agosto Canadá empezó a usar los contingentes que le permiten poner en Colombia 5.250 toneladas de carne sin arancel, pero en contrapartida, nuestra carne –exenta de aranceles de manera inmediata– está “vetada” por restricciones sanitarias. Los lácteos fueron excluidos del acuerdo.
¿Cuál es el balance neto? El “acceso preferencial” otorgado por Colombia en los TLC permitirá que en esta década ingresen al país, vía contingentes sin arancel, un total de 33.731 toneladas de leche en polvo y 15.259 de queso, más unas 10.000 de lactosueros. Esto equivale al 24% de la producción formal, casi 6 veces nuestros inventarios naturales y 8 veces la enlechada de 2009. Y nosotros con los mercados cerrados por admisibilidad sanitaria.
La única noticia alentadora es la postura del Ministro de Agricultura: por un lado, promete que el sector agropecuario será más un comodín en los nuevos TLC con Corea y Turquía, y por otro, que “hay tiempo para recobrar lo perdido y ponernos a tono a fin de sacarles jugo”. Esto indicaría que el Gobierno está dispuesto a superar, en tiempo récord, lo que no hemos hecho desde 2004 en agenda interna y, especialmente, en el frente sanitario. No nos queda más remedio que creerle, señor Ministro. A fin de cuentas, “después del ojo afuera…;”.

*Presidente ejecutivo de Fedegán.

@Jflafaurie
jflafaurie@yahoo.com

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