Columna


Lubiggex

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

17 de abril de 2011 12:00 AM

CARLOS VILLALBA BUSTILLO

17 de abril de 2011 12:00 AM

Hace tres meses, los amigos de la tertulia de “Mi dulce café”, octogenarios unos (Orlando López Vega, Simón Bossa López, Salustiano Fortich, Carol Rumié Bossio, Antonio Alvarado), y septuagenarios otros (el Curro Angulo, Arturo Facio Lince, Rafael Ballestas, Darío Morón, Jaime Barrios), sufrieron lo indecible al enterarse de que el virus del papiloma humano producía el cáncer orofaríngeo. Recuperaron el ánimo cuando leyeron, en una de las revistas del corazón, que vienen en camino vacunas eficaces para prevenir los tumores de origen viral. ¡Aleluya!
Ni ellos ni yo pensamos, hasta el día en que nos percatamos de los resultados de la investigación concluida por el Instituto Karolinska, en octubre del 2010, que ningún salto de los que el amor da del alma al cuerpo suponía grave peligro mientras hubiera higiene corporal y fragancias para las zonas íntimas en las perfumerías y los sanandrecitos. Pero resultó que sí, y con más probabilidades en la edad en que el músculo del gusto suple la avaricia de la sangre con los cuerpos cavernosos.
Por dicha las angustias volaron, salvo las que causarían, por fuerza mayor o caso fortuito, una demora injustificada de la vacuna o un precio al público muy alto. No todo ha de ser decepción en el “japonesismo” –celebró Carol Rumié–. 
Ahora, en abril, los aleluyas de mis contertulios son irrefrenables, ya que si bien es cierto que el 93 por ciento de las mujeres encuestadas considera que un asta viril de talla L garantiza el placer sexual más que las de tallas M y S, se descubrió un tratamiento –cosmético, no quirúrgico– que les mata a los machos defraudados el complejo de no clasificar, por dotación defectuosa, en las faenas para orejas y rabo con hembras ansiadas y ardientes. El 100 por ciento de los usuarios del gel inventado se declararon satisfechos. Uno de ellos fue Silvio Berlusconi. Y Arturo Facio Lince brinca en un pie por hallarlo inocuo con la pila del marcapasos.
¡Qué tarde apareció este milagroso alargador! –se lamentó, tantito más pesimista, el Curro Angulo–. Cálmate, le observó Toño Alvarado, que ese milagro llamado Lubiggex también mejora la calidad de la erección. Siquiera, le replicó, porque dos sustos en tan corto tiempo lo ponen a uno al borde del suicidio. Entonces –remató el Curro– veo que la piel humana adquirió, gracias a este gel, las propiedades del caucho. Nadie se quejará de que los burros y los caballos tengan todos la misma medida y los hombres no. José Eustasio Rivera y el general Reyes no vivieron bastante para ver ese prodigio que igualó el látex de las moráceas intertropicales con la prenda más valiosa del orgullo masculino.
Quiero comprometer al Curro, ahora que está en plena producción intelectual y cantando gloria con la labor investigadora que demanda el esfuerzo de escribir, que pase de la historia a la sexología. Aldous Huxley dijo que una orgía real nunca excita tanto como un libro erótico. En la casi segura vacuna contra el papiloma, y en el invento genial del Lubiggex, tiene el Curro dos buenos pretextos para que las mujeres que lean un texto suyo se despojen rápido de los batones floreados con que esperan a sus tinieblos, y los hombres se solacen comprobando que lo único que crece no es la economía ni el único muerto que resucita es Lázaro.

*Columnista

carvibus@yahoo.es

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS