La visita al Polyforum Siqueiros, en Ciudad de México, permite admirar “La Marcha de la Humanidad”, formidable obra de David Alfaro Siqueiros. Siendo uno de los grandes muralistas mexicanos, Alfaro Siqueiros plasmó con maestría diferentes instantes de la evolución histórica de su país y el mundo. Con la más depurada técnica plástica, el artista nos pone frente a episodios sobresalientes de un acontecer, donde las luchas por las reivindicaciones sociales tienen como sustrato la esclavitud de ayer y la subordinación posterior de grandes sectores de la masa ciudadana. Un empeño de liberación y progreso proyectado en el tiempo, vigente en el México de los días que corren. Como gigantesca metrópoli, el Distrito Federal muestra el más contrastado abanico de componentes urbanos. Una bien conservada malla vial, amplias zonas verdes, eficaces sistemas de transporte colectivo como el Metrobus y los más diversos servicios de apoyo logístico para quienes llegan a esta capital, confirman a la metrópoli como uno de los más importantes destinos turísticos y centro de una actividad económica intensa. Invitado por la Cámara Minera Mexicana, para intervenir como conferencista en un Seminario para Periodistas, tuve ocasión tanto de examinar lo que hoy en día ocurre en el sector minero en esta parte del hemisferio como de tomarle un poco el pulso al acontecer mexicano del presente. Manteniendo su figuración como una de las dos o tres naciones de mayor vigor económico en Latinoamérica, hay fortalezas y debilidades en una sociedad que se esfuerza por llegar al primer mundo. Después de las turbulencias mundiales en el campo financiero, los indicadores mexicanos son en su conjunto satisfactorios. El país sigue recibiendo importantes flujos de inversión foránea, la producción global acusa un incremento, la inflación se mantiene en un dígito y las exportaciones aumentan. Hay lunares como la apreciación de la moneda nacional y la insatisfactoria generación de puestos de trabajo. Desafortunadamente la vecindad norteamericana incentiva el tráfico de drogas. El consumo alto de estupefacientes en la nación vecina, sumado al libre comercio de armas, es terreno abonado para el negocio infamante, y con el mismo aparece la violencia, que hasta la fecha golpea sólo a la región norte de México. Conocedores los colombianos de lo que este flagelo significa y habiendo sido capaces de superar en alto grado el terrorismo resultante de esta actividad delictiva, es de esperar que la acción resuelta de las autoridades mexicanas recupere la tranquilidad en una nación tan cercana a nuestros afectos. En cuanto a la minería, el avance es positivo en ese país. Los indicadores son reveladores. El PIB de la actividad minera creció en México un 25,3% en el 2009, en este mismo año el 5% de la inversión mundial para exploración la captó esta nación y en el lapso 2005-2010 las exportaciones mineras mexicanas se duplicaron, sobrepasando los USD$10.000 millones. Adicionalmente, es considerable el número de empresas extranjeras mineras que laboran y significativa la puesta en marcha de proyectos exploratorios y de desarrollo. El reto futuro es imprimirle sostenibilidad ambiental y social a este sector productivo. *Abogado Consultor en Minas e Hidrocarburos. marcan2@etb.net.co
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