Columna


¿Milagro?

RICARDO VÉLEZ PAREJA

18 de junio de 2012 12:00 AM

RICARDO VÉLEZ PAREJA

18 de junio de 2012 12:00 AM

Desde muy niño mis padres me educaron y enseñaron la religión católica y con alguna frecuencia rezábamos el Santo Rosario. Ello me llevó a ser católico practicante desde muy joven con el paréntesis de la rebeldía juvenil universitaria embarcado en el marxismo ateo y convencido de que el modelo socialista era el ideal de la sociedad. Esto duró poco, porque cuando comencé a viajar a Cuba a finales de la década de los setenta y siguientes me convencí que todos esos ideales habían fracasado como en efecto todos se desmoronaron a finales de los ochenta.
Poco a poco con las experiencias vividas de mis cuatro cirugías de corazón abierto y después de ellas mantenerme vivo y con buena salud, volví a recobrar mi fe y a entender lo importante que es el poder de la oración y por ello he continuado con mi esposa la práctica del rosario cotidiano en el hogar.
Claribel Coneo ha sido nuestra servidora en los quehaceres del hogar desde hace más de veinte años. A ella y a sus tres hijos los consideramos como miembros de nuestra familia. Con alguna frecuencia nos acompaña en el Santo Rosario esta servidora cabal quien cocina de rechupete.
Ella es muy nerviosa y con cualquier dolencia sale asombrada y llega al aposento nuestro. Siempre le he aconsejado que en esos momentos de dolor, se serene frente a una ventana y respire hondo inhalando aire por la nariz reteniendo en el estómago ese aire por quince segundos varias veces y exhalando lentamente siempre invocando a Dios para que la sane de cualquier dolencia, como en efecto yo mismo lo hago cotidianamente.
Hace algunos días ella salió despavorida de su cuarto con unos dolores agudos en su estómago y de inmediato la mandamos a donde un prestigioso doctor clínico para su diagnóstico. Él la miró, hizo tactos manuales y escribió el siguiente dictamen después del exhaustivo examen así: “valoración de dolor en hipocardio y se detecta una masa palpable”, y recomendó que se hiciera “un Eco abdominal total”
Regresó muy nerviosa al apartamento. Lloraba de dolor y miedo, pero siguiendo mis consejos, decidió respirar hondo invocando a Dios a través de Jesucristo, levantó las manos para atraer la energía cósmica divina varias veces hasta alcanzar el sueño. Esto fue el jueves 7 de junio y durmió profunda a las diez de la noche. Mientras dormía sintió que alguien le hablaba en su interior y le dijo: “Levántate que no tienes nada”, entonces despertó tranquila y con el dolor algo atenuado, dispuesta a ir a donde el médico para que le hicieran el Eco Abdominal total.
Fue a realizarse su examen escanográfico en las horas de la mañana. A las tres de la tarde de ese viernes le entregaron los resultados y cruzó hacia el Centro Médico para llevarle los resultados al clínico. Éste leyó el diagnóstico de la escanografía, la examinó varias veces y se sorprendió porque no apareció absolutamente nada es decir que la masa física que había palpado había desaparecido.
Ante lo ocurrido Claribel lloró de alegría y todos los dolores han desparecido. ¿Habrá sido un milagro? Ella da su testimonio y cada vez que lo hace se emociona y llora de alegría dándole gracias a Dios.

*Abogado y escritor

rivelpa@yahoo.com

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