Columna


Ni con el pétalo de una rosa

REBECA GONZÁLEZ DE LEÓN

23 de enero de 2012 12:00 AM

REBECA GONZÁLEZ DE LEÓN

23 de enero de 2012 12:00 AM

En mi mente da vueltas la noticia de la mujer que fue violada brutalmente por dos hombres hace días en La Boquilla mientras apuntaban a su cabeza con un arma.
La sociedad reprocha esta clase de vejámenes, culpan la poca seguridad que habita en diversos sectores de la ciudad, como es la zona norte en Cartagena, o culpan a las mujeres que son violentadas por andar solas o desprotegidas en esos sectores, lo cual es un  reproche innecesario. La dignidad de la fémina queda destruida después haber sido sometida a semejante barbarie, el reclamo jamás debe hacerse contra ella.
Por fortuna, en el caso que traigo a colación, los presuntos victimarios fueron detenidos. Ello se debió a la valentía de esta joven, que en medio de su dolor físico y moral, sacó fuerzas para guardar las evidencias, y los denunció. Hoy, ella es ejemplo de coraje, hizo lo correcto. Muchas mujeres que son violadas omiten denunciar este delito por temor a poner en riesgo su  seguridad o para no ser sometidas a  los juicios de reproche que pueda hacerles la sociedad  en que vivimos.
Mientras los días pasan, y vemos cómo se desenvuelve el juicio contra estos dos presuntos violadores, es pertinente hacer un llamado a las autoridades  para que no se les olvide la guarda que tienen que prestar sobre nosotros los ciudadanos. De igual forma recordarle a la administración Distrital que exigimos una ciudad donde se pueda andar tranquilo por las calles.
Nosotras las mujeres, hermosas, guerreras, emprendedoras, procreadoras de vida, debemos tener presente que si el día de mañana caemos en manos criminales y somos ultrajadas, no podemos quedarnos calladas. Hay que seguir con la frente en alto recordándole a la humanidad que no se nos debe tocar ni con el pétalo de una rosa. 
La joven agraviada, en sus declaraciones a la prensa dijo: “ojalá mi caso sirva para que muchas mujeres más se atrevan a denunciar si son víctimas. Si esto sirve para ayudar a otros, entonces valió la pena”.
Como un homenaje al valor de esta mujer, hagamos que valga la pena. Que lo ocurrido con ella al igual que otros casos similares no quede en el olvido. De ser hallados culpables estos señores,  la Justicia tiene la obligación de hacer caer todo el peso de la ley sobre ellos.  Coletilla: en lo concerniente al interminable conflicto armado en Colombia, para la Defensoría del Pueblo el 30 por ciento de las mujeres  desplazadas  han sido víctimas de violación, y según la Comisión Nacional de Reparación los casos cuyo victimario son las nuevas bandas emergentes van en aumento. Según la Corporación Nuevo Arcoiris, las bandas criminales heredaron esa práctica de los paramilitares. Conclusión: El calvario continuará. 

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